<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, realizó ayer una visita a Madrid para saludar a Su Majestad el Rey, al comenzar su segundo mandato de cinco años, tras haber logrado una amplia victoria en las elecciones presidenciales del pasado 24 de enero.</strong></h4> Rebelo de Sousa llegó a España, procedente del Vaticano, donde había sido recibido ayer mismo por <strong>el Papa Francisco.</strong> Felipe VI eligió el Palacio Real para recibir al jefe del Estado portugués, a quien saludó con afecto, aunque manteniendo las medidas de seguridad marcadas por la pandemia del coronavirus. En la reunión estuvo presente también l<strong>a vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo</strong>. Después, acompañado de la <strong>Reina Letizia</strong>, don Felipe ofreció una <strong>cena privada</strong> a Rebelo de Sousa, con quien mantiene una estrecha sintonía y una gran amistad, como se ha puesto de relieve en los últimos cinco años. El Monarca español estuvo presente en la primera toma de posesión de Rebelo de Sousa en 2016 y posteriormente se han intercambiado visitas de Estado. Además, el presidente portugués no dudó en desplazarse a Barcelona para estar junto al Rey, en los funerales celebrados en la Sagrada Familia, por las víctimas de los atentados de 2017 en la Ciudad Condal. Por su parte, don Felipe llamó por teléfono a Rebelo para expresarle su apoyo moral y ofrecerle la ayuda de España para extinguir los pavorosos incendios que asolaron Portugal en verano de 2019. En febrero de ese mismo 2019, Rebelo de Sousa acudió a Madrid para asistir a la entrega al Rey del premio Mundial Paz y Libertad, concedido por la Asociación Mundial de Juristas. En ese acto, Felipe VI afirmó que asistió a la toma de posesión del presidente portugués, ha sido para él “un ejemplo de respeto, dignidad y excelencia en el ejercicio de su alta magistratura”. Y tras señalar que les unen “unas mismas convicciones, la amistad y el afecto”, manifestó que ambos desean, “desde el respeto a su propia identidad”, que “esa amistad y ese afecto, esa cercanía y esos vínculos tan estrechos, unan cada vez más a los pueblos portugués y español».