<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Consejo de Ministros remitió ayer a las Cortes Generales la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, en la que se define a España como “una potencia media relevante y con capacidad de contar más en el mundo” y que defiende la “modernización del Servicio Exterior”, la puesta en marcha de una “diplomacia feminista”, el refuerzo del sistema de cooperación y la mejora de la digitalización en el Ministerio de Asuntos Exteriores.</strong></h4> <strong> </strong> La anterior estrategia entró en vigor en 2015, durante la época de José Manuel García-Margallo, y no se había actualizado desde entonces, a pesar de que su periodo de aplicación concluyó en 2019, a causa de las dos elecciones generales que se celebraron ese mismo año y de la pandemia del COVID-19. Una vez elaborado el texto y autorizada su remisión a las Cortes, <strong>la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya</strong>, explicará la Estrategia ante las comisiones correspondientes del Congreso de los Diputados y del Senado, previsiblemente a mediados de febrero, para su debate sin votación, tras lo cual regresará al Consejo de Ministros para su aprobación definitiva, previo informe del Consejo de Política Exterior. El objetivo es que pueda entrar en vigor a principios del mes de marzo. La Estrategia, un documento de 111 páginas al que ha tenido acceso <em>The Diplomat</em>, parte de la idea de que <strong>“la realidad de la España de 2021 es la de una potencia media relevante y con capacidad de contar más en el mundo” </strong>y, por tanto, con<strong> “margen para asumir un mayor protagonismo internacional, capacidad de iniciativa y posibilidad de mover a otros países alrededor de las agendas en las que creemos y sobre las que podemos aportar un valor añadido”</strong>, especialmente tras la llegada de<strong> Joe Biden</strong> a la Presidencia de Estados Unidos, que “abre un escenario más optimista en términos de apuesta por el multilateralismo como mecanismo de concertación y de gestión de los asuntos globales”. <strong> </strong> Con este punto de partida, la Estrategia apuesta por cuatro ejes de actuación para hacer frente a “los retos globales y amenazas comunes”: <strong>la promoción de los derechos humanos, la democracia, la seguridad, la diplomacia feminista</strong> <strong>y la diversidad</strong>; la <strong>diplomacia económica</strong>, la <strong>diplomacia climática</strong> y la <strong>diplomacia multilateral</strong>. Asimismo, el documento se basa en cuatro grandes principios: “<strong>Más Europa”, </strong>con una apuesta decidida por “<strong>una Unión Europea más integrada y federal” </strong>y por “un mayor liderazgo y centralidad” de España en la construcción de la UE; “<strong>Mejor Multilateralismo”</strong>, a fin de que España pueda “explotar al máximo” su “carácter vertebrador” para actuar “como facilitador de una mejor gobernanza global”; <strong>“Bilateralismo Estratégico”</strong> selectivo, tanto en Europa como en los países latinoamericanos, la cuenca mediterránea y África; y <strong>“Compromiso Solidario”, </strong>a través de una nueva visión de la <strong>cooperación al desarrollo</strong> que incluya, entre otros objetivos, la aprobación de una nueva ley de cooperación internacional, la reforma y fortalecimiento de la AECID, la elaboración y seguimiento del VI Plan Director de la Cooperación Española 2022-2025 y “el cumplimiento del compromiso de destinar el 0,5% de la Renta Nacional Bruta a la ayuda oficial al desarrollo al final de la presente legislatura”. <strong>Los medios</strong> Para avanzar en esta agenda, el documento advierte de la necesidad de <strong>“un Servicio Exterior moderno, dinámico y orientado a la ciudadanía”</strong>, lo cual <strong>“exige una mejor gestión de los recursos del Ministerio, de la AECID y del Instituto Cervantes, tanto en los servicios centrales como en la red de oficinas en el exterior”.</strong> Con este fin, la Estrategia considera necesario <strong>mantener o incluso aumentar el mismo ritmo de ingresos de nuevos funcionarios en la carrera diplomática</strong> porque “el número de funcionarios diplomáticos en la última década ha disminuido en un seis por ciento, hasta quedarse en poco más de 900 personas, de las que solo una cuarta parte son mujeres debido a su lenta y tardía incorporación a esta profesión”. En este sentido, el texto anuncia la adopción de medidas para el <strong>“fomento de la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad, a partir de las actuales 26 embajadoras que representan un 20% del total de las jefaturas de misión”.</strong> Asimismo, se hará un esfuerzo particular en la formación del personal diplomático, para lo cual adquiere “especial importancia el refuerzo de la Escuela Diplomática”, y <strong>“se dotará a la carrera diplomática de un nuevo Reglamento, que actualice la actual normativa de 1993”</strong>. También se reforzarán los “mecanismos de coordinación entre Embajadas, tanto en los ámbitos regionales como a través de una conferencia anual de Embajadores de España”, y se impulsará “la movilidad del personal diplomático y de otros cuerpos de la Administración española al Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) y a otras instituciones europeas relevantes”. Por otra parte, la Estrategia advierte de que “<strong>no se podrá articular un Servicio Exterior moderno sin actualizar los métodos de trabajo, condiciones y la operativa dentro del propio Ministerio”</strong>, lo cual implica, entre otras prioridades, “promover <strong>una mejora constante de la evaluación </strong>que permita valorar resultados y perfeccionar procesos” e incidir <strong>“en las condiciones de trabajo y oportunidades del personal”.</strong> Asimismo, la Estrategia propone que se recurra al Fondo de Recuperación Europeo “para <strong>digitalizar los servicios consulares y diplomáticos, así como para favorecer una mayor digitalización del Ministerio en su conjunto, incluidas la AECID y el Instituto Cervantes</strong>”. Este objetivo incluye también “la implementación del <strong>Plan de Acción Departamental para la Transformación Digital del Ministerio de Asuntos Exteriores</strong>” y la creación de un nuevo portal web del Ministerio que ofrezca “una imagen dinámica, más atractiva y accesible para los ciudadanos”. En materia consular, la Estrategia del Ministerio anuncia <strong>un “redespliegue” de la red de Misiones Diplomáticas y Oficinas Consulares de España en el exterior</strong>, a fin de adaptarla a las necesidades de las colectividades españolas, al aumento de la demanda visados o a la apertura de nuevos espacios de mercado de turistas y de negocios para España, “especialmente importante en zonas de creciente vitalidad, como la región Asia-Pacífico, o ciertas áreas de África”, y recuerda que la gestión de la crisis del coronavirus ha puesto “de especial relieve la necesidad de contar con <strong>un sistema de prevención y gestión de emergencias consulares rápido y eficaz</strong>”. Aparte, la acción exterior promoverá <strong>“la reforma necesaria de la ley electoral para simplificar los requisitos de participación en todos los procesos electorales de los españoles que se encuentren en el exterior”</strong>, lo que podría implicar la supresión del voto rogado que se exige actualmente a los españoles residentes en el extranjero para poder participar en elecciones y referendos. <strong>Ámbito territorial</strong> En cuanto a su aplicación territorial, la Estrategia afirma que la política europea es “la principal prioridad de la acción exterior española” y apuesta por aumentar la influencia de España en la acción exterior europea, así como por el reforzamiento de <strong>las cumbres bilaterales con Alemania, Francia, Italia, Polonia, Portugal y Rumanía</strong>, y por el impulso de la relación bilateral estratégica con grupos subregionales <strong>(Benelux, Grupo de Visegrado, Países Bálticos, países Asociación Europea de Libre Comercio). </strong> Respecto a <strong>América Latina y Caribe</strong>, la Estrategia apuesta por reforzar la relación entre la UE y América Latina y Caribe y defiende que <strong>España mantenga “l</strong><strong>a iniciativa en la búsqueda de la salida a la crisis en Venezuela</strong>”. Asimismo, el texto propone el refuerzo de la interlocución con todos los países del Magreb y Oriente Próximo y apuesta por <strong>“</strong><strong>contribuir a los esfuerzos de la ONU para llegar a una solución política” de los conflictos del Sáhara Occidental, Libia y Palestina. </strong> El documento apoya también una mayor cooperación con los países del <strong>Sahel</strong>, el fomento de la <strong>diplomacia económica y climática con Asía y Pacífico</strong> y el fortalecimiento de las relaciones con las sociedades de <strong>Rusia</strong> (un país con el que “España tiene interés en desarrollar una relación constructiva, más estructurada y previsible, en el marco de la política acordada en la UE”), Europa Oriental y Asia Central.