<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno ha asegurado que España no tiene ninguna intención de retirarse del Tratado de Cielos Abiertos (TCA) a pesar de la reciente decisión de Estados Unidos y Rusia de abandonar este acuerdo.</strong></h4> El Tratado de Cielos Abiertos es <strong>“uno de los pilares fundamentales dentro de las Medidas de Fomento de la Confianza y Seguridad en Europa, al contribuir a la trasparencia de las actividades militares en Europa y facilitar la vigilancia del cumplimiento de acuerdos de control de armamentos, lo que repercute en la seguridad y estabilidad”</strong>, aseguró el Gobierno el pasado 4 de enero en una respuesta por escrito al Grupo Parlamentario de Vox. <strong>“España no se ha planteado la retirada del Tratado de Cielos Abiertos, dado que continúa siendo un elemento crucial del marco de fomento de la confianza para mejorar la transparencia y la seguridad en la zona euroatlántica”</strong>, prosiguió. “En este sentido España continuará, junto con sus aliados, implementando el Tratado de Cielos Abiertos, por considerar que tiene un claro valor agregado para nuestra arquitectura convencional de control de armas y seguridad cooperativa”, agregó. El Tratado de Cielos Abiertos, en vigor desde el 1 de enero de 2002, tiene como principales objetivos favorecer la transparencia militar y desalentar la carrera armamentística de sus más de treinta Estados miembros. Para ello, el Tratado cuenta con <strong>un programa de vuelos de reconocimiento aéreo, sin armamento, sobre todos y cada uno de los países participantes</strong>, a través de los cuales se puede obtener información sobre los efectivos y las operaciones militares de los países sobrevolados y comprobar sus movimientos militares y sus medidas de control de armas. El pasado mes de noviembre, <strong>el por entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la retirada de su país del Tratado </strong>con el argumento de que Rusia había “incumplido sus obligaciones”, al impedir la vigilancia aérea sobre Kaliningrado o la frontera con Georgia, donde, según Washington, habría desplegado armas nucleares o habría realizado importantes maniobras militares. En un primer momento, el Kremlin mostró su “pesar” por la decisión de Washington, pero <strong>el pasado 15 de enero el Gobierno de Rusia anunció su próxima retirada del Tratado</strong> porque la salida de EEUU había “socavado la confianza” entre los Estados miembros y porque Moscú no había recibido “el apoyo de los aliados de EEUU” en sus intentos por “mantener la viabilidad” del acuerdo. Según el Gobierno español, <strong>“la situación generada por la retirada de los Estados Unidos de América del TCA ahonda en el deterioro del régimen de control de armas en Europa y del conjunto de medidas de fomento de la confianza</strong>, tanto más grave cuanto que viene precedido de la suspensión por Rusia del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), de la falta de acuerdo en la renovación del Documento de Viena o los recientes conflictos en el este del continente”. Tanto la pregunta parlamentaria como su respuesta se redactaron antes del anuncio de la salida de Rusia. “De manera directa”, prosiguió, “la retirada de EEUU implicará una redistribución de las cuotas de vuelo y financieras (en la actualidad España es el octavo contribuyente) entre los países miembros”. <strong>“No obstante, España continúa sosteniendo la validez del Tratado y trabaja en iniciativas que favorezcan un nuevo marco de diálogo en Europa sobre seguridad y estabilidad, como es el proceso de Diálogo Estructurado en el seno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que nuestro país ha presidido durante 2020”</strong>, agregó.