<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La Fundación Alternativas ha advertido de que la UE no puede seguir esperando siempre “la ayuda del aliado transatlántico cada vez que lo necesite” y debe aspirar a convertirse en un “actor de mayor peso” con capacidad para abordar “los desafíos trasnacionales que amenazan la seguridad de sus poblaciones”. </strong></h4> La Fundación Alternativas organizó este jueves la presentación on-line del documento<strong> <em>La UE en la competición estratégica entre las grandes potencias: las relaciones transatlánticas</em></strong>, elaborado por la <strong>investigadora Rocío Vales, de la Universidad Pablo de Olavide</strong>. También participaron en el debate Inma Ballesteros, directora del Observatorio de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas; Vicente Palacio, director del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas; y Ainara García, miembro de los Jóvenes del CFEME y graduada en Sociología y Relaciones Internacionales. De acuerdo con el informe, <strong>“ha llegado el momento de que la UE deje de esperar que su aliado transatlántico acuda en su ayuda cada vez que lo necesite”</strong>, porque, tal y como ha quedado de manifiesto, los intereses estadounidenses se centran en la actualidad en “otros menesteres y regiones” y la UE debe ser “plenamente consciente” de esa “desatención”. Por ello, advierte, aunque l<strong>a invasión de Ucrania ha propiciado una “revitalización del liderazgo estadounidense de la OTAN”, la atención principal de EEUU está “centrada en China”.</strong> Aparte, la UE también debe tener en cuenta que <strong>la actual “redistribución de poder” en el escenario internacional conlleva una consecuente disminución del poder relativo de la potencia hegemónica por excelencia, Estados Unidos, con el consiguiente “reajuste de los intereses estadounidenses”</strong> y la reducción de las capacidades de este país para hacer frente unilateralmente a los desafíos del presente siglo, especialmente el ataque de “potencias revisionistas” que pretenden revertir el orden internacional liberal liderado por EEUU y la UE. Por ello, y en el actual escenario de reducción de capacidades estadounidenses<strong>, Europa debe “dar un paso al frente” y contribuir “con el peso de la carga” fortaleciendo “las capacidades de la UE”</strong>, señala el trabajo de Rocío Vales. En este contexto, dentro del marco de la Brújula Estratégica de la UE y del Concepto Estratégico de la OTAN y con el precedente de la respuesta unificada de la UE ante la invasión de Ucrania, es necesario “convencer a los Estados miembros de que el proyecto de unión política y económica en el que se embarcaron necesita asimismo de una dimensión defensiva más autónoma” y de que la autonomía estratégica (en este caso en su dimensión de seguridad y defensa, la más “relevante y conflictiva”) constituye necesariamente el siguiente paso en la integración europea. En suma, continúa el estudio, <strong>la UE debe aspirar a convertirse en un “actor de mayor peso” que colabore en posición de igualdad con EEUU en la “defensa del orden internacional liberal y al abordar los desafíos trasnacionales que amenazan la seguridad de sus poblaciones”.</strong> “El poder ya no está solamente en Occidente” y, por tanto, lo pertinente es “arrimar el hombro” junto a EEUU “y enfrentar juntos los desafíos que depara el presente siglo”, continúa. La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la unidad de Occidente y el liderazgo de EEUU y por ello, concluye el informe, es necesario reforzar el vínculo transatlántico mediante el “énfasis en su componente político” y otorgándole un corte más global.