<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Marruecos fija ya la celebración de la anunciada Reunión de Alto Nivel (RAN) con España para comienzos de 2023 y no para antes del final de este año, como había acordado con las autoridades españolas el pasado 7 de abril, en la declaración conjunta suscrita tras la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Rabat.</strong></h4> Fue el ministro de Asuntos Exteriores marroquí,<strong> Nasser Bourita, quien, en la tarde del martes, anunció que la cumbre no tendrá lugar “antes de que finalice el presente año”</strong>, como se decía en la mencionada declaración, sino más bien a principios de 2023. Horas antes, <strong>la portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez,</strong> había mantenido ante los periodistas que la RAN se estaba preparando para celebrar “a finales de año”. Ayer, <strong>el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares</strong>, que acompañaba a los Reyes en su visita a Alemania, al ser preguntado por los periodistas sobre ese retraso, dijo que "lo importante es que esa reunión, que no se celebra desde 2015, se va a celebrar”, y se mostró convencido de que “marcará un nuevo hito” en la “amistad” con Marruecos. Albares aseguró que los dos Gobiernos están "buscando la fecha", que "tiene que ser de común acuerdo" y explicó que las agendas están muy apretadas y que “hay que "encontrar un momento en la agenda que nos cuadre, porque va a movilizar a muchos ministros”. A finales del pasado mes de septiembre, tras mantener una reunión con Bourita en Nueva York, Albares dijo que ambos gobiernos mantenían su intención de que la cumbre se celebrara antes de que concluya 2022 e incluso, de ser posible, durante el mes de noviembre. El ministro aprovechó ayer para resaltar que, en sus declaraciones, Bourita expresó la "voluntad absoluta de cumplir todos los puntos" de la declaración por parte de Marruecos. <strong>Bourita</strong>, que comparecía en rueda de prensa conjunta con el vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, de visita en Rabat, aseguró que<strong> "se han activado todos los grupos de trabajo, con muchos elementos en marcha, y se cumplirán todos los compromisos contenidos en la hoja de ruta"</strong> establecida en la declaración de abril. Con sus palabras, Bourita reafirmó el compromiso de Rabat con uno de los puntos clave para el Gobierno español, la reapertura de la aduana de Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos en 2018, y la apertura de una nueva en Ceuta, donde no existía. Albares anunció en septiembre que la intención es que esto ocurra “a lo largo del mes de enero”, pero dado que se pensaba que la RAN tendría lugar antes de que se produjeran esas aperturas, es probable que estas finalmente se retrasen también. Estas declaraciones se producen días después de que se conociera que Marruecos había enviado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU un escrito en el que afirmaba que no existían fronteras terrestres con España y calificaba a Melilla de “presidio ocupado”. Las presiones del Gobierno español hicieron que un alto cargo del Ministerio marroquí de Exteriores declarara a la agencia Efe que sí existen esas fronteras. No obstante, España envió a la ONU una nota verbal subrayando que Ceuta y Melilla son españolas.