<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Instituto Cervantes presentó el pasado martes GEOLEXI, una nueva herramienta de consulta virtual de sinónimos en español que compara el significado que se da a determinados vocablos en los diversos países del ámbito hispanohablante.</strong></h4> <strong>La <a href="https://geolexi.cervantes.es/?fbclid=IwAR1i_TZLB0ejtz9-oTYWvm2x9kWEvjuzYYPqVz8zUK_W_DUs7KUlzqaXte8#" target="_blank" rel="noopener noreferrer">plataforma</a> ha sido creada por el Cervantes y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) </strong>y fue presentada en la sede del Instituto en Madrid. La herramienta de consulta, que ya está disponible para su consulta gratuita en ordenadores y todo tipo de dispositivos móviles, aporta información ágil y asequible sobre más de un millar de unidades léxicas (palabras o expresiones), que pronto serán muchas más, y permite conocer y comparar el diferente significado de vocablos o expresiones. Por ejemplo, GEOLEXI recoge expresiones empleadas en algunos países hispanohablantes y desconocidas en otros, como “abismarse” (sorprenderse), “mufa” o “foso” (equivalentes a “gafe” o “cenizo”, más conocidas) o “pensar en la inmortalidad del cangrejo” (estar alelado o en babia). Durante el acto, <strong>Luis García Montero, director del Cervantes</strong>, afirmó que el Instituto “apuesta por el hispanismo, por entender el español como una lengua de norma pluricéntrica” que pertenece a los más de 500 millones de hablantes, repartidos por una veintena de países, “que la usan imprimiéndole la diversidad de sus entornos, desde una unidad que nos permite entendernos sin dificultad”. La herramienta, explicó, es especialmente útil para quienes trabajan en la enseñanza y la certificación del español como lengua extranjera (las dos tareas fundamentales del Instituto Cervantes), como profesores, evaluadores y autores de materiales didácticos, para ayudarles a comprender las variedades lingüísticas. Pero también lo es para todas las personas interesadas por el idioma y que tengan curiosidad por saber cómo se emplea en distintos países. Por su parte, <strong>Ricardo Mairal Usón, rector de la UNED</strong>, dijo que esta innovadora herramienta léxica, de gran utilidad y valor pedagógico, tiene además “un potencial extraordinario porque anticipa posibles desarrollos futuros relacionados con la inteligencia artificial”. GEOLEXI, prosiguió el catedrático, demuestra la importancia de la cooperación interinstitucional y de la investigación. <strong>A través de esta herramienta, el usuario puede buscar una palabra o expresión por tres criterios diferentes: léxico (significado), geográfico (países o zonas que las usan) o alfabético.</strong> Cada una de ellas aporta su definición y se acompaña de fotografías o vídeos que contextualizan la palabra, así como de información sobre sus redes semánticas. Las palabras y locuciones se dividen en tres categorías: panhispanismos (usadas en todo o casi todo el mundo hispánico), americanismos (solo en Hispanoamérica, pero no en España) y españolismos (de uso exclusivo en España; estas suponen menos del cinco por ciento del total). <strong>Los autores han excluido, “por prudencia”, palabras que puedan resultar ofensivas para personas, comunidades o países por diversas razones</strong> (por ejemplo, se ha descartado el lenguaje delincuencial). Tampoco han incorporado palabras tabú en algunos países (como “coger” en Argentina), si bien la cubana María Antonieta Andión cree que habrá que incluirlas en un futuro. <strong>Son muchos los términos que cambian entre unas áreas y otras.</strong> El “enchufe” de España es el “tomacorriente” en otros. La “mascarilla” que apenas nos hemos quitado de la cara tras la COVID-19 se denomina “barbijo” allende el Atlántico. La “nariz” tiene el geosinónimo de “ñata”, y el “trapo de cocina” es la “franela”. El léxico que ha introducido GEOLEXI se basa en las <em>Nociones específicas del Plan Curricular del Instituto Cervantes</em>, publicado en 2006, y su recopilación ha sido posible gracias a la colaboración con la Facultad de Filología y con el Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UNED.