A. Rubio
Polonia comenzará a recibir gas de Noruega en las próximos días, gracias a la finalización del tramo del proyecto ‘Baltic Pipe’ que llega a Pogorzelica, en la costa norte polaca, según informó la embajadora Anna Sroka en un reciente encuentro con periodistas españoles. El gasoducto abastecerá también a Dinamarca y prevé suministrar 10 millones de metros cúbicos a ambos países.
“El gas de Noruega nos dará una seguridad mucho más alta en nuestro suministro de energía”, dijo Sroka, además de que de esta manera Polonia podrá desvincularse del suministro ruso y de su presión política, ya que el contrato firmado por las autoridades de Varsovia con Gazprom finaliza el próximo mes de diciembre.
La embajadora también confirmó el interés de su Gobierno en la energía nuclear como parte de su objetivo de asegurar su abastecimiento energético. No obstante, añadió que estos proyectos necesitan tiempo pero insistió en que son fundamentales para conseguir una diversificación energética esencial para toda la Unión Europea.
Por otra parte, señaló que Polonia doblará el número de sus tropas en los próximos años y aumentará al 3% su gasto en Defensa, que actualmente es del 2%. “Las circunstancias actuales demuestran que tenemos que invertir más en Defensa”, dijo la embajadora para quien “es imprescindible parar a Putin en Ucrania, si no, habrá otras guerras”.
Varsovia, además de los países bálticos y otros centroeuropeos, siempre ha lamentado que sus advertencias sobre Rusia hayan caído en saco roto entre sus aliados, tanto en la OTAN como en la UE. “Ahora nos sentimos más escuchados”, señala la embajadora. Por ello, en Polonia insisten en no abandonar a Ucrania y miran con incredulidad cuando se les menciona que un cambio de poder en Moscú podría democratizar el país: “tiene que cambiar la sociedad rusa”, afirmó Sroka.