Texto y fotos: Juan David Latorre
Con motivo de la Fiesta Nacional de la República de Austria, el embajador Enno Drofenik invitó ayer al Cuerpo Diplomático a una recepción en su residencia, a la que acudió la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, Sara Aagesen.
“Hoy celebramos el 26 de octubre de 1955, y esa es la fecha en que Austria recuperó su libertad después de la Segunda Guerra Mundial y después de diez años de ocupación”, comenzó su discurso el embajador austriaco, Enno Drofenik.
“Pero el precio de esta libertad fue, a petición de la antes Unión Soviética, fue el estatus de neutralidad. Entonces, esta neutralidad todavía sigue vigente, pero hay dos cosas importantes. En primer lugar, Austria es neutral, pero al mismo tiempo es miembro de la Unión Europea y comparte el compromiso de solidaridad con todos los miembros. Y en segundo lugar, prosiguió, la neutralidad de Austria es una neutralidad militar, estrictamente, pero no es una neutralidad política. Entonces, al contrario, Austria toma claramente partido siempre que se trata de mantener el orden internacional de derecho y en la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y en los conflictos de Oriente Próximo y de Gaza. Abogamos por un orden mundial humanista, por una Unión Europea fuerte y por unas Naciones Unidas fuertes.”
Con referencia a las relaciones entre Austria y España, el embajador Enno Drofenik señaló que “nuestros dos países no solo comparten una visión común del mundo, sino también una profunda simpatía basada en una relación dinástica de más de 200 años entre España y el Imperio Habsburgo, cuyas huellas todavía se pueden encontrar por todas partes, sobre todo en el barrio de las Austrias de Madrid. Y nos une un intenso intercambio económico, el turismo y una estrecha cooperación cultural como la que existe, por ejemplo, entre el Prado y su museo hermano en Viena, el Museo de Historia de Arte. También celebramos nuestra amistad con el Principado de Andorra, comentó el embajador de Austria, y no solamente nuestro amor para las montañas, sino también por nuestros 30 años de relaciones diplomáticas”.
Seguidamente, el embajador Drofenik presentó al trío musical compuesto por el pianista Adrián Suciu, la violinista Johanna Kaiser y la soprano Alexandra Barso, que juntos interpretaron los himnos de Austria, España y de Europa. Cabe resaltar la excelente interpretación de la soprano Barso al cantar la canción lírica Granada. El trío dio por terminada la parte oficial de la recepción con la interpretación del vals El Danubio Azul, de Johann Strauss hijo.








