<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El hasta ahora secretario general del Ministerio libanés de Asuntos Exteriores, Hani Chemaitelly, es el nuevo embajador de su país en España, según confirmaron fuentes de la Embajada a <em>The Diplomat.</em></strong></h4> Diplomático desde 1999, Hani Chemaitelly estuvo destinado desde el año 2000 en la Embajada de Líbano en Francia. Entre 2009 y 2010 fue jefe de Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores, en 2012 fue cónsul general en Estambul y entre julio de 2017 y junio de 2025 ejerció el cargo de secretario general del Ministerio libanés de Asuntos Exteriores. Chemaitelly habla tres idiomas (árabe, inglés y francés) y sustituye a Hala Keyrouz Ticozzelli, quien asumió el cargo de embajadora de Líbano en España en enero de 2018. El nuevo embajador presentó este mismo viernes las Copias de Estilo de sus Cartas Credenciales al director general de Protocolo, Adrián Martín Couce, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, según informaron fuentes diplomáticas a <em>The Diplomat.</em> Hani Chemaitelly fue nombrado a mediados de junio por el Consejo de Ministros libanés. En aquella ocasión, el Gobierno nombró a 16 nuevos embajadores en “países estratégicos” de Europa, América, Asia y Medio Oriente con el propósito de reforzar “la presencia de Líbano en el extranjero en un momento crítico en la región” y de “fortalecer los canales de diálogo del Líbano con sus socios estratégicos, en un contexto de creciente inestabilidad de seguridad, tensiones económicas internas y reformas institucionales pendientes”, según informaron fuentes oficiales citadas por la prensa local. El secretario general es el segundo cargo en importancia del Ministerio de Asuntos Exteriores en Líbano, solo por detrás del ministro. Por tanto, el nombramiento de Hani Chemaitell puede interpretarse como una declaración de intenciones respecto a España, un país que en los últimos tiempos ha reforzado su política exterior hacia Oriente Medio, sobre todo en relación con Gaza y el reconocimiento del Estado palestino, y que cuenta con uno de los contingentes más importantes de la misión de la ONU en el sur de Líbano (FINUL). El pasado mes de febrero, el Gobierno de España saludó la conformación del nuevo Gobierno libanés a cargo del primer ministro, Nawaf Salam, “que pone fin al vacío institucional en el país”. “España seguirá trabajando para apoyar la consolidación del alto el fuego en Líbano y la aplicación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad como uno de los principales contribuyentes a la FINUL y apoyando el redespliegue de las Fuerzas Armadas de Líbano”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de un comunicado. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, efectuó a mediados de enero una visita oficial a Líbano en la que fue recibido por el presidente, Joseph Aoun; y por el primer ministro designado, Nawaf Salam, entre otros. Pocos días antes, el Gobierno de España saludó la decisión del Parlamento libanés de elegir al general Joseph Aoun para el cargo de presidente la República libanesa y expresó su deseo de “seguir trabajando estrechamente con las autoridades libanesas en favor de la paz, la soberanía y la estabilidad del Líbano y de toda la región”. A finales de junio, España entregó a Italia el mando de la FINUL, que ejercía desde febrero de 2022. La participación de España en la misión comenzó en septiembre de 2006, como parte de la operación ‘Libre Hidalgo’ en el sur del Líbano para contribuir a la implementación de la Resolución 1701 de Naciones Unidas. Desde entonces, las Fuerzas Armadas Españolas han liderado el Sector Este de la misión desde la base ‘Miguel de Cervantes’. El contingente español en FINUL es uno de los más importantes actualmente, con 669 militares destinados a diversas tareas dentro de la misión. El despliegue español se ha centrado en el patrullaje y la vigilancia de la línea de separación entre Israel y Líbano, en coordinación con las Fuerzas Armadas libanesas. Las patrullas se realizan tanto a pie como en vehículos, con el objetivo de prevenir violaciones a la tregua y evitar que las tensiones entre las partes se transformen en enfrentamientos.