En su primera entrevista del curso político en Televisión Española, conducida por Pepa Bueno, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, centró buena parte de su mensaje en cuestiones internacionales. Desde la relación transatlántica entre la Unión Europea y Estados Unidos hasta el conflicto palestino-israelí y la necesidad de reformar Naciones Unidas, el jefe del Ejecutivo subrayó la prioridad de una agenda exterior activa antes de abordar los asuntos nacionales.
Sánchez insistió en que la Unión Europea debe ser un actor internacional con mayor autonomía frente a Estados Unidos. Reconoció la relevancia estratégica de la relación transatlántica, pero advirtió de que Europa no puede seguir dependiendo de Washington en ámbitos críticos como la defensa, la energía o la tecnología. Defendió avanzar en soberanía industrial, cohesión política y capacidad de decisión propia, con el fin de equilibrar el peso de la UE en la escena global con su fortaleza económica.
Sobre Oriente Próximo, el presidente se mostró especialmente crítico con la ofensiva israelí en Gaza, a la que calificó de desproporcionada y contraria al derecho internacional. Sánchez apeló a la Unión Europea a adoptar una posición unitaria y firme, que incluya el reconocimiento del Estado palestino y un alto el fuego inmediato. Subrayó que la única salida sostenible al conflicto es la solución de dos Estados, con garantías de seguridad para Israel y el respeto a los derechos fundamentales del pueblo palestino.
En este marco, Sánchez reclamó también una reforma profunda del sistema multilateral de Naciones Unidas. Denunció la parálisis del Consejo de Seguridad y la incapacidad de la organización para responder con eficacia a las principales crisis internacionales. Apostó por una ONU más representativa, que dé mayor voz a regiones como América Latina y África, y que recupere su papel como garante de la legalidad internacional en un mundo marcado por el auge de las tensiones geopolíticas.
En el plano interno, el presidente abrió su intervención destacando la gravedad de los incendios recientes en España y reclamando un gran pacto de Estado frente a la emergencia climática. Anunció la puesta en marcha de una Agencia Estatal de Emergencias para mejorar la coordinación entre administraciones y reforzar la prevención. Aseguró que el Gobierno ha incrementado los recursos transferidos a las comunidades autónomas para hacer frente a catástrofes naturales, y subrayó la necesidad de que la política climática se sitúe en el centro de la acción pública.
Sánchez abordó finalmente las cuestiones de mayor desgaste político, desde las investigaciones que afectan a su entorno hasta las negociaciones parlamentarias. Defendió su gestión frente a los casos de corrupción y aseguró que no ha tolerado irregularidades en el seno del Ejecutivo. Reiteró su voluntad de aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado como prioridad inmediata y situó la vivienda como gran objetivo social de la legislatura. Frente a la oposición, acusó a los partidos rivales de instalarse en una lógica de bloqueo, al tiempo que reivindicó el diálogo como herramienta para garantizar estabilidad política y cohesión territorial.