Texto y fotos: Juan David Latorre
Con motivo de la celebración del vigésimo sexto aniversario de la entronización del rey Mohamed VI y de la fiesta nacional de Marruecos, la Embajada del país magrebí celebró el pasado miércoles una recepción en la residencia de la embajadora Karima Benyaich.
Con la presencia del ex Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, los ministros de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en España, Elma Saiz Delgado; del Interior, Fernando Grande Marlaska, y de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, junto a distinguidas autoridades civiles y militares, la embajadora de Marruecos, Karima Benyaich, dio la bienvenida a los invitados a la recepción, señalando que “vuestra presencia hoy traduce los lazos profundos de amistad y de cooperación que unen al Reino de Marruecos y al Reino de España. Unas relaciones históricas, una colaboración constante y que se han visto consolidadas a lo largo del tiempo gracias al diálogo, a la confianza recíproca, así como al compromiso conjunto con los valores de vecindad, de desarrollo y de estabilidad. Es precisamente este espíritu de entendimiento y de colaboración que nos reunimos hoy aquí”.
“Hoy celebramos no sólo nuestra fiesta nacional, continuó la embajadora marroquí, sino también 26 años de reinado visionario de Su Majestad el rey Mohamed VI en el trono de sus gloriosos antepasados, que ha sabido cabalgar con determinación hacia un futuro de unidad, de paz y de prosperidad. En este 30 de julio festejamos un evento con alta carga simbólica para todos los marroquíes, a saber la entronización de un rey pilar de la unidad de Marruecos desde el norte hasta sus regiones del sur y garante de la estabilidad, de la cohesión social y de un futuro próspero para nuestra nación. Celebramos hoy también nuestra fiesta nacional en la capital de un país vecino y amigo, Madrid, que acoge una importante comunidad marroquí, en mayoría bien integrada.”
Prosiguió la embajadora Karima Benyaich su discurso ensalzando la figura y la trayectoria del monarca marroquí, “marcada por reformas estructurales, desarrollo sostenible y una proyección internacional cada vez mayor, con miras hacia un futuro prometedor que sitúan a Marruecos como un país moderno, dinámico y firmemente arraigado a su identidad y a sus valores. Estos 26 años de reinado, marcados por la estabilidad y el desarrollo, han convertido a Marruecos en un país que goza de reformas importantes y avances importantes, tanto a nivel político, jurídico, económico, cultural y social, con apuestas asumidas y ambiciones muy bien definidas”.
Resaltó también la embajadora la proyección que la monarquía ha dado “de la imagen de un Marruecos moderno, en pleno movimiento, abierto y comprometido con la paz, el diálogo entre civilizaciones y la cooperación sur-sur, convirtiendo a nuestro país en un socio estratégico fiable y proactivo, tanto para Europa como para África y para otros socios estratégicos. Así, Marruecos desempeña un papel clave como eje de unión entre los continentes, europeo y africano, consolidándose como un puente de diálogo y de cooperación entre el sur y el norte del Mediterráneo”.
Calificó la embajadora a su país como “un referente de estabilidad política, institucional y jurídica, un modelo de cohesión social y una plataforma activa de iniciativas económicas y sociales con proyección regional e internacional, así como un socio fiable en la lucha contra la inmigración ilegal, el crimen organizado y el terrorismo. La adopción de la Constitución de 2011 marcó un hito fundamental al consagrar los principios de democracia, buena gobernanza, respeto de los derechos humanos y equidad de género”.
“Desde el inicio de su reinado, indicó Karima Benyaich, nuestro soberano ha situado al ser humano en el centro de sus prioridades, impulsando iniciativas importantes como la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano, así como optando por una firme apuesta por la educación, el empoderamiento de la juventud, la promoción de la condición de la mujer y la implementación también de un nuevo modelo de desarrollo inclusivo y sostenible y justo. Así, la Política de Desarrollo Humano nos ha permitido de reducir la pobreza en 10 años de 11,9% en 2014 a 6,8% en 2024. Y como lo subrayó su majestad en su discurso del trono de ayer, licito sus palabras, estamos obrando para construir un Marruecos avanzado, unido y solidario, y al mismo tiempo reforzar su posición en el seno de los países emergentes.”
“Para Marruecos, señaló, España es nuestro socio tradicional y privilegiado, un país vecino y amigo, con quien compartimos historia y un patrimonio común, lazos humanos, intereses estratégicos y una voluntad constante de construir un futuro basado en la confianza mutua, el respeto, la prosperidad y una cooperación mutuamente beneficiosa para aprovechar las oportunidades que se nos ofrecen, pero también para trabajar juntos para combatir los desafíos que se nos presentan. Nuestra relación estratégica en continua evolución se distingue por un diálogo político e institucional continuo, una colaboración económica dinámica y una coordinación ejemplar en cuestiones migratorias, de seguridad y desarrollo regional.”
“Marruecos y España constituyen un modelo ejemplar de vecindad al servicio de la estabilidad del Mediterráneo y del progreso compartido de nuestros dos países y de nuestros dos pueblos. Nuestra asociación estratégica se ha reforzado en esta nueva etapa con iniciativas concretas que reflejan la madurez y la solidez de nuestras relaciones bilaterales. En un contexto mundial marcado por la incertidumbre, hemos demostrado que nuestro entendimiento y nuestra acción común son claves para afrontar juntos los retos globales y regionales con eficacia y responsabilidad compartida”, subrayó la embajadora.
Finalizó su discurso la embajadora Karima Benyaich expresando su “deseo para que Marruecos y España sigan caminando, codo a codo, afianzando una relación cada vez más ambiciosa, portadora de esperanza y progreso para nuestros pueblos y nuestros dos países y los continentes de los cuales somos el puente y el cruce de civilizaciones”.
Amenizaron la velada la cantante Habiba Shaouf, nacida en Casablanca, residente en Granada, Andalucía. Es la voz árabe del grupo Mujeres Mediterráneas, cuya trayectoria la ha llevado a escenarios de gran prestigio. La acompañó el músico y multiinstrumentalista Hussam Hammoumi, un maestro de la fusión de la música árabe, el flamenco y otros géneros musicales.
