Este artículo redactado por Sergio Delgado Martorell es propiedad de Escudo Digital.
A Pedro Sánchez no le gusta Trump. Y a Trump no le gusta el actual Gobierno de España. La sugerencia de que Estados Unidos debería reubicar sus instalaciones militares de la OTAN de España a Marruecos ha sido impulsada recientemente por voces relevantes del entorno político estadounidense como la del exsenador estadounidense Robert Greenway tras el rechazo de Pedro Sánchez a aumentar el gasto en defensa.
La muerte anunciada de la cooperación estratégica con España parece ganar fuerza tras las declaraciones del expresidente Donald Trump, quien no solo ha criticado abiertamente al Gobierno español, sino que ha dejado entrever represalias comerciales.
En este contexto, el posible traslado de las bases de la OTAN de España a Marruecos plantea escenarios geopolíticos, económicos y diplomáticos con repercusiones de gran alcance.
Un cambio estratégico con profundas consecuencias
Que EE.UU. decidiera trasladar sus bases de la OTAN de España a Marruecos supondría una transformación profunda en el equilibrio militar del sur de Europa y el norte de África.
Las bases de Rota y Morón han sido, durante décadas, un eje clave en las operaciones de la Alianza Atlántica en el Mediterráneo. Abandonar esta infraestructura, afirman los expertos, representaría no solo una pérdida logística para España, sino también un retroceso en su influencia dentro de la estructura de seguridad occidental.
La idea no es nueva, pero cobra una nueva dimensión tras la cumbre de la OTAN en La Haya, donde Pedro Sánchez reafirmó su negativa a elevar el gasto en defensa más allá del 2,1% del PIB.
A ojos de Washington, este desacuerdo puede verse como una falta de compromiso con los objetivos comunes de la Alianza. Frente a esta posición, Marruecos aparece como un socio dispuesto, con un gobierno que mantiene excelentes relaciones con figuras clave del Partido Republicano en Estados Unidos.
Marruecos como nueva opción militar para Washington
La posibilidad de que Estados Unidos traslade sus bases de la OTAN de España a Marruecos responde también a una estrategia más amplia por parte de Washington para diversificar su red de aliados.
Marruecos ofrece una posición geográfica estratégica, apertura política hacia Occidente y una cooperación creciente con Israel, factores que lo colocan como un candidato viable para reforzar la presencia militar estadounidense en el norte de África.
Además, la estabilidad interna del régimen de Mohamed VI y su firme postura respecto al Sáhara Occidental han encontrado eco en líderes como Donald Trump, que no dudaron en reconocer su soberanía sobre ese territorio.
Esta alineación política facilita la posibilidad de que Marruecos asuma un nuevo papel militar en la región si finalmente las bases de la OTAN de España son desplazadas.
El riesgo económico y político para España
El traslado de las bases de la OTAN de España a Marruecos conllevaría un serio impacto en términos económicos, especialmente en las localidades que dependen de estas instalaciones para generar empleo y actividad empresarial.
Morón y Rota verían disminuir su dinamismo local, mientras que las contrapartidas económicas por albergar estas bases —en forma de inversiones, desarrollo de infraestructuras o cooperación tecnológica— también se verían comprometidas.
Desde el punto de vista diplomático, perder estas bases supondría una degradación en la relación bilateral entre Madrid y Washington.
Aunque la pertenencia a la OTAN seguiría garantizando cierto marco de cooperación, la pérdida de presencia física de tropas estadounidenses limitaría la capacidad de influencia de España en la toma de decisiones clave dentro de la Alianza.
Una decisión con implicaciones globales
Los analistas coinciden en que el eventual traslado de las bases de la OTAN de España a Marruecos no sería un simple reajuste técnico. Se trataría de una maniobra con implicaciones globales: reforzaría la proyección militar de Estados Unidos en África, acercaría aún más a Rabat al bloque occidental y enviaría un mensaje claro a otros aliados que no cumplan con sus compromisos de defensa.
Donald Trump ya ha demostrado que sus amenazas no suelen quedarse en palabras. Su presión hacia el Gobierno de Pedro Sánchez, combinada con el malestar en el entorno de la OTAN, hace que esta posibilidad gane peso más allá de ser por ahora un mero mensaje en X, antigua Twitter.
Mientras tanto, Marruecos se perfila como la gran beneficiada en este tablero, sabiendo que una reconfiguración militar de esta magnitud podría consolidar su papel regional como socio privilegiado de Estados Unidos.