<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Las autoridades de Marruecos han advertido de que “las condiciones geográficas” no permiten la instalación de aduanas en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, a pesar de que la hoja de ruta acordada el pasado 7 de abril entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Rey de Marruecos, Mohamed VI, prevé el restablecimiento de los “dispositivos apropiados de control aduanero” en las fronteras terrestres.</strong></h4> “Para desarrollar operaciones comerciales es necesario construir infraestructuras”, declaró <strong>el director general de Aduanas de Marruecos, Nabyl Lakhdar</strong>, en una entrevista al semanario marroquí <em>TelQuel</em>. “Hoy en día, ni siquiera las condiciones geográficas lo permiten”, prosiguió. Los pasos de Ceuta y Melilla son “pequeños pasillos” y, por ello, “harían falta muchas decenas de hectáreas para construir áreas de visita y de control”, advirtió. Por lo tanto, “no tenemos la superficie necesaria para este proyecto”, insistió. “Además, no es un tema de actualidad”, declaró. “Esos puestos fronterizos solo estarán abiertos a los viajeros y no a las operaciones comerciales”, concluyó. <strong>La hoja de ruta acordada el pasado 7 de abril en Rabat entre Pedro Sánchez y Mohamed VI</strong> – tal como figura en la Declaración conjunta firmada por España y Marruecos-, indica que <strong>“la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”. </strong> Aparte, en la rueda de prensa posterior a su encuentro con Mohamed VI, <strong>Sánchez aseguró que los dos mandatarios habían acordado el refuerzo de “el restablecimiento normalizado de los puestos fronterizos terrestres con Melilla y Ceuta para el paso de mercancías y personas”</strong>. El presidente del Gobierno había viajado a Rabat, por invitación del Rey marroquí, para escenificar el final de la grave crisis diplomática entre los dos países. Por otra parte, <strong>los ministros de Asuntos Exteriores español y marroquí, José Manuel Albares y Nasser Bourita,</strong> tomaron el pasado 11 de abril en Marrakech la “decisión política” de reabrir los pasos fronterizos en el marco de la hoja de ruta, después de permanecer más de dos años cerradas a causa de la pandemia y la crisis diplomática. La apertura de los “pasos y aduanas” se aplicará tanto a “personas como a mercancías”, precisó Albares. El pasado 17 de mayo se reabrieron, de manera “gradual”, los pasos de El Tarajal, en Ceuta, y de Beni Enzar, en Melilla. Por tanto, <strong>tanto las previsiones de la hoja de ruta como las diversas declaraciones de Sánchez y Albares permitían esperar el restablecimiento de la aduana de Melilla, que fue cerrada unilateralmente por Marruecos en agosto de 2018 después de siglo y medio de funcionamiento (aparentemente, sin problemas de espacio), y el establecimiento de una nueva aduana en Ceuta, que nunca ha existido</strong> y cuya creación podría implicar -tal como desea Moncloa y teme la diplomacia marroquí- el reconocimiento implícito de la soberanía española sobre las dos ciudades autónomas. Pedro Sánchez comparecerá el próximo miércoles ante el pleno del Congreso de los Diputados, a petición del Grupo Popular, para “explicar el nuevo partenariado para el siglo XXI que estableció en su visita a Rabat y las consecuencias que ello ha ocasionado en la relación con Argelia”. <strong>España y Marruecos vivieron entre mediados de 2021 y principios de este año una gravísima crisis diplomática</strong> a causa de la acogida humanitaria en un hospital de Zaragoza del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. La crisis fue <strong>finalmente solventada a mediados de marzo, cuando Pedro Sánchez envió una carta a Mohamed VI en la que expresaba, sorprendentemente, su apoyo al plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. </strong>