<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La agenda europea de esta semana se presenta muy interesante para el Ministerio de Asuntos Exteriores, ya que permitirá abordar dos de los temas más queridos para el Departamento que encabeza José Manuel Albares: la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Sevilla y la oficialización de las lenguas catalana, vasca y gallega en las instituciones europeas.</strong></h4> Por una parte, este lunes tendrá lugar en Bruselas la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores en su vertiente de Desarrollo, en la que España estará representada por la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, según confirmaron fuentes del Ministerio a <em>The Diplomat</em>. Uno de los puntos destacados de la reunión (el primer Consejo de Asuntos Exteriores sobre Desarrollo de la actual Alta Representante, Kaja Kallas) será la financiación para el desarrollo. Al respecto, el Consejo de la UE ha recordado que los ministros se reunirán “un mes antes de la cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebrará entre el 30 de junio y el 3 de julio de 2025 en Sevilla” y en la que se abordarán “cuestiones nuevas y emergentes, la urgente necesidad de aplicar plenamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la reforma en curso del sistema financiero internacional”. La reunión de Sevilla, prosiguió el Consejo, “transcurrirá con el trasfondo de un entorno mundial en rápida evolución, marcado por las crecientes tensiones geopolíticas y exacerbado por la suspensión por parte de los EEUU de la ayuda al exterior, que ha creado una enorme presión sobre la financiación mundial para el desarrollo”. La IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FfD4), un evento que aparece mencionado casi sistemáticamente en todas las reuniones y declaraciones internacionales del Gobierno español desde que fue anunciado en julio de 2024, se marcará como objetivo principal la movilización de fondos para Agenda 2030. Las tres primeras conferencias se celebraron en Monterrey en 2002, en Doha en 2008 y en Addis Abeba en 2015. La Conferencia de Sevilla ya fue abordada durante la última reunión informal de los responsables de Cooperación al Desarrollo de los 27 Estados miembros de la UE, celebrada los pasados días 10 y 11 de febrero en Varsovia en el marco de la Presidencia polaca del Consejo de la UE y en la que también participó Eva Granados. <h5><strong>Las lenguas </strong></h5> Por otra parte, el secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, participará este martes, también en Bruselas, en la reunión del Consejo de Asuntos Generales (CAG), en cuya agenda la Presidencia polaca ha incluido el debate sobre “la solicitud de España de incluir el catalán, el euskera y el gallego en el Reglamento n.º 1/1958, que regula el régimen lingüístico de la UE”. Al respecto, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, declaró el pasado martes en Bruselas a la prensa, antes de reunirse con sus homólogos de la UE, que ese tema figura, “a petición española, para adopción al Consejo de Asuntos Generales” y aseguró que España está “trabajando con todas las delegaciones” para conseguir la “unanimidad” de “todos los Estados miembros” en favor de la propuesta. El pasado 29 de enero, José Manuel Albares aseguró que su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski, se había comprometido con él a incluir en la agenda de la actual Presidencia polaca el tema de la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones europeas, para someterlo a la “decisión de todos los Estados miembros de la UE”. Una semana más tarde, Albares abordó el tema de las lenguas cooficiales españolas con la ministra de Asuntos Europeos de Dinamarca, Marie Bjerre, cuyo país ejercerá la Presidencia del Consejo de la UE a partir del 1 de julio. La modificación del régimen lingüístico de la UE requiere del apoyo unánime de los 27 Estados miembros. Algunos países han mostrado sus dudas, e incluso su abierta oposición, por motivos prácticos (su coste económico y los problemas para encontrar personal suficiente) y por su impacto posible en otros Estados miembros con lenguas minoritarias. Para convencer a los socios más reticentes, España se ha amparado en la “excepcionalidad” y la “especificidad del caso español”, no extrapolable a otros casos, y se ha comprometido a asumir los costes. La oficialización del catalán (y, de paso, el euskera y el gallego) en el seno de la Unión Europea fue uno los compromisos entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los independentistas catalanes de Junts para conseguir su apoyo en la votación de investidura. Por ello, el Gobierno aprovechó la última Presidencia española del Consejo de la UE (segundo semestre de 2023) para introducir el tema en cuatro reuniones consecutivas del Consejo de Asuntos Generales (19 de septiembre, 24 de octubre, 15 de noviembre y 12 de diciembre de 2023), en dos de las cuales compareció el propio Albares, algo inusual en este tipo de encuentros. Pese a esa insistencia, las cuatro reuniones concluyeron sin ninguna decisión concreta, salvo el compromiso de la inminente Presidencia belga de “hacer avanzar los trabajos sobre la solicitud de España durante su mandato”. No obstante, la cuestión de los idiomas brilló por su ausencia en la agenda de todos los Consejos de Asuntos Generales del semestre belga y tampoco figuró ni una sola vez durante la posterior Presidencia húngara.