<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, expresó ayer en Helsinki el apoyo de España a la adhesión de Finlandia en la OTAN porque “es una democracia consolidada y la OTAN es una alianza de democracias”.</strong></h4> “Por supuesto, es una decisión soberana de Finlandia y no me corresponde a mí decidir, pero he escuchado con mucha atención al ministro Haavisto y, por supuesto, es una decisión que deberemos tomar conjuntamente en la OTAN”, declaró Albares durante <strong>la rueda de prensa conjunta posterior a su encuentro con el ministro finlandés de Exteriores, Pekka Haavisto.</strong> <strong>“Para España, Finlandia es una democracia consolidada y, por tanto, me parece normal que Finlandia tenga un lugar en la OTAN, que es una alianza de democracias”</strong>, añadió Albares, quien hoy mismo visitará Lituania para, según informó en la rueda de prensa, “visitar a las tropas españolas que participan en la misión de la Alianza para proteger a las repúblicas bálticas”. Asimismo, el ministro recordó que “Finlandia es miembro de la UE, como España, y, por lo tanto, está cubierta por la cláusula de asistencia mutua prevista en el artículo 42 del Tratado de la UE de Lisboa”. <strong>“Por ese motivo, para España no sería nada nuevo tener a Finlandia en la familia de la OTAN, porque ya estamos preparados para mostrar la misma solidaridad que tenemos dentro de la familia europea”</strong>, aseguró. Por su parte, <strong>Haavisto afirmó en la misma rueda de prensa que “Finlandia está considerando la posibilidad de entrar en la OTAN”</strong> porque “la seguridad europea ha cambiado en los últimos meses” tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania y Rusia “está preparada para asumir mayores riesgos militares en sus operaciones” mediante “el despliegue de tropas y de armas convencionales, nucleares y químicas”. “Eso nos preocupa”, añadió. <strong>El Parlamento de Finlandia empezó a debatir la semana pasada obre la posible entrada del país en la OTAN en respuesta al clima de inseguridad generado por la guerra de Rusia en Ucrania. </strong>En caso de aprobación parlamentaria, Finlandia podría presentar su solicitud de ingreso antes de la próxima cumbre de la Alianza, que se celebrará en Madrid a finales de junio. De momento, más de la mitad del Parlamento ya se ha mostrado a favor de la adhesión. El proceso de ingreso en la OTAN es mucho más rápido que el de la UE y podría concluir en un plazo aproximado de cuatro meses. Para ello, se necesita el apoyo unánime de los 30 miembros de la Alianza, previa ratificación en los Parlamentos de todos los Estados miembros. El apoyo inicial de los Gobiernos se da casi por sentado, pero el trámite parlamentario parece un escollo más complicado. A la espera de lo que pueda suceder, la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores del Kremlin, Maria Zakharova, ha advertido de que la entrada de Finlandia en la OTAN tendría consecuencias y el expresidente ruso Dmitri Medvedev declaró recientemente que, si concretase la adhesión, “Rusia tendría que reforzar sus defensas en la región del mar Báltico, incluso mediante el despliegue de armas nucleares”. Finlandia, que comparte 1.300 kilómetros de frontera con Rusia (y que cuenta con una importante comunidad rusohablante), se ha caracterizado históricamente por una estricta neutralidad que le ha ayudado a evitar problemas con su poderoso vecino y a jugar un papel destacado como país mediador en conflictos. No obstante, aunque Finlandia no es miembro de la OTAN, sí forma parte desde 2014 del grupo de socios de la Alianza. La política agresiva de Rusia ha modificado sustancialmente las reglas del juego, hasta el punto de que el 65% de los finlandeses se ha mostrado a favor de la entrada en la OTAN, algo absolutamente impensable hasta no hace mucho tiempo.