La eliminación del estigma social que antaño presionaba para el matrimonio y castigaba el divorcio ya es historia. Con ello, el divorcio también ha evolucionado. Y es que los divorcios de mutuo acuerdo —más ágiles, asequibles y respetuosos— representaron el 81% del total de divorcios en España en 2020. Pero, ¿qué ventajas más puede ofrecer y por qué es preferible para finalizar civilizadamente una relación matrimonial?
La normalización del divorcio en España
Cada vez es más frecuente y está más normalizado hablar de los divorcios sin ningún tipo de tabúes ni prejuicios. Prueba de ello lo es el aumento de los divorcios desde ya hace un tiempo, junto con la disminución de los casamientos, quedando atrás el antiguo estigma social que forzaba el matrimonio, pero impedía su separación. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de matrimonios en España se redujo en un 29% entre 2005 y 2019 —de 208.146 a 161.389. Y aunque también lo hayan hecho los divorcios dada la menor nupcialidad, los divorcios aumentaron en un 74% entre 2005 y 2006, a partir de la indiferencia de separación previa al trámite.
Además, también es cada vez más habitual que los matrimonios que han dado por terminada su relación opten por el divorcio de mutuo acuerdo. Una opción más económica y mejor para el conjunto familiar, en especial si hay niños, en detrimento del largo y, por ende, costoso divorcio contencioso. En España, el despacho que abandera la tendencia de los divorcios económicos es Abogados Cebrián. Aunque se crea que hay una ingente cantidad de abogados para divorcios, la realidad es que no todos abogan por la conciliación y prevención del divorcio. Y, en caso de que sea necesario la decisión de divorciarse por ambas partes sea firme, su tramitación de mutuo acuerdo.
¿Por qué es preferible el divorcio de mutuo acuerdo?
En primer lugar, cabe tender que un divorcio es un hecho trascendental en la vida de la pareja que decide separarse definitivamente. Por ello, el proceso da lugar a todo tipo de situaciones de gran delicadeza emocional. Desde la separación en sí misma y la decisión sobre cómo afrontar la etapa vital venidera, hasta el manejo de la custodia de los hijos en caso de haberlos. Es por esa razón que muchos divorcios no están exentos de riñas y disputas entre ambas partes. Una circunstancia que impide el desarrollo fluido y natural del evento, las idas y venidas al juzgado y unas reuniones que, dada su prolongación en el tiempo, acaban por ser francamente costosas.
Sin embargo, es posible eludir dicha opción si el matrimonio en vías de divorcio opta por una solución más amigable. Siendo ya la común en el país, ésta ha dado como resultado que una reducción del 63% de los divorcios contenciosos entre 2013 y 2020, según el INE. Consecuentemente, y de nuevo a pesar de su reducción fruto de una menor tasa de matrimonios, los divorcios de mutuo acuerdo representaron el 81% del total en 2020, con 61.766 casos frente a los 14.338 divorcios contenciosos a lo largo del año. Ya que, si bien un divorcio contencioso es tortuoso, complicado, controvertido y costoso, los divorcios de mutuo acuerdo ofrecen todo tipo de ventajas.
Una opción más económica y respetuosa
Así, cada vez son más los despachos de abogados que ofrecen la posibilidad de tramitar divorcios baratos, pero siempre y cuando sean de mutuo acuerdo. ¿La razón? Porque, a grandes rasgos, éstos son la opción más ágil, simple, conciliadora y económica entre las existentes. Sin embargo, es de especial interés señalar como uno de los más condicionantes el componente económico. Y es que el precio condiciona y facilita el proceso a las familias en España, para que puedan acceder al divorcio en unos tiempos tan económicamente duros como los actuales en el país. Encontrando, por lo general, precios que van de los 100 a los 150 euros por cónyuge.
Con todo, cabe hacer hincapié en otra de las grandes ventajas del divorcio de mutuo acuerdo, relacionada con su menor duración y, consecuentemente, menor precio: la menor carga emocional del proceso. Como se ha mencionado, cualquier separación afecta duramente a nuestras emociones. Y, sobre todo cuando hay niños, es ejemplar y civilizado llegar a un acuerdo cordial y justo entre ambas partes. En primer lugar, porque los desaciertos serán menores y el proceso más llevadero. Y, en segundo lugar, porque con ello podremos causar menor trauma a los hijos mediante una opción que, aunque ya de por sí traumática, podemos aserenar pacíficamente.
Los hijos: grandes olvidados del divorcio
Siguiendo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2020, el 58% de los matrimonios divorciados tenían hijos a su cargo —en concreto, 44.808 frente a 32.392 divorcios sin hijos dependientes de por medio. Según el consenso de distintos grupos especializados en pediatría, los hijos de padres separados pueden presentar problemas psicológicos, conductuales y de adaptación a lo largo de sus vidas. Especialmente, si la separación de sus padres fue más traumática de lo que ya es en sí misma. Por ejemplo, con múltiples y fuertes discusiones que agraven el modo en que nuestros hijos contemplan el proceso.
Es por ello que es de vital importancia abogar por un divorcio respetuoso, que pase lo más desapercibido posible para la sensible y delicada mirada de los más pequeños. Por supuesto, hacer como que no ha pasado nada tampoco es una opción, dado que no debemos esconder la realidad a nuestros hijos. Por ello, cabe tenerlos en cuenta en todo momento, asistiéndolos ante cualquier percance que les cree confusión, tristeza o malestar. Y esto es algo que se extiende a cualquier circunstancia. Porque, con respeto y conciencia, todo es más fácil. Tanto si se trata de digerir por nosotros mismos nuestro propio divorcio, como si así debe ser para nuestros hijos.