Con el apoyo de la Embajada de Portugal y del Instituto Camões, la galería Espacio Mínimo (Calle del Dr. Fourquet, 17) presenta hasta el próximo 22 de marzo la cuarta exposición individual de la artista portuguesa Ana Vidigal, bajo el título Cuéntame del viento.
La muestra aglutina obras de reciente creación en las que la habitual carga de memoria que conforma y nutre su poética ha dejado paso en esta ocasión a una reflexión sobre nuestro -inquietante e incierto- presente. Desasosiego que la artista afronta desde un enunciado coincidente con el filósofo Jacques Rànciere: “La estética no es política por accidente, sino por esencia”, como afirma el pensador francés en su ensayo El malestar en la estética.
Cuéntame del viento se compone de una instalación site specific de telas de gran formato a modo de banderas que, tomando prestado el título de un poema de Marguerite Yourcenair (Fuegos,1936) Pues hay sal en las lágrimas, penden inmóviles, apropiándose de la totalidad del espacio. Inocentes personajes infantiles de cómic y fotografías ampliadas son los portadores sin duda de una simbología para la resiliencia. Junto a ellas, una serie de pinturas sobre lienzo e impresión digital por inyección de tinta en la que los vientos hacen su presencia a modo de contrapunto. Banderas y viento.
La exposición concluye con un grupo de pinturas sobre papel en las que la materia pictórica se expande nerviosa y obstinada, cubriendo y embadurnando casi toda la superficie, dejando apenas un hueco en el que lo personal emerge como un ejercicio de resistencia para conjurar el mal sabor, y no solo de boca, que dejan cada día estos vientos de airadas ideologías.