<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se mostró ayer convencido de que la mejora de las relaciones con Marruecos, tras la grave crisis diplomática que estalló a mediados de 2021, “se verá muy pronto”.</strong></h4> <strong>“A lo mejor no tan rápidamente como los tiempos mediáticos de Twitter exigen, pero sí desde luego con mucha más profundidad y carácter estratégico de lo que uno puede imaginar y yo creo que todo eso se verá muy pronto”</strong>, declaró el ministro durante un desayuno de trabajo con el Clúster Marítimo Español, celebrado en el Casino de Madrid. “Construir una relación siglo XXI supone ir avanzando y desbrozando en distintos terrenos y eso es lo que estamos haciendo y lo estamos haciendo con bastante solidez”, prosiguió. Por ello, añadió, “todo se irá retomando, probablemente no con la rapidez que les gustaría a los periódicos o a Twitter, pero con mucha más solidez de lo que uno puede imaginar”. Las declaraciones del ministro se produjeron <strong>después de que el Gobierno español, en un nuevo gesto para superar la crisis diplomática abierta la primavera pasada, se haya comprometido con Marruecos a garantizar la seguridad energética del país, en peligro por la ruptura de relaciones con Argelia. </strong> Las autoridades marroquíes pidieron a España que facilite que el gas natural licuado (GNL), que Marruecos compra en los mercados internacionales, pueda ser desembarcado en alguna planta de regasificación española y que después se utilice el gasoducto del Magreb para que llegue a su territorio, según informó Bloomberg. Es decir, el gasoducto del Magreb por el que llegaba gas argelino a Marruecos y también a España, y que fue cerrado hace unos meses por Argel para castigar a su vecino marroquí, será utilizado ahora en sentido inverso al que ha tenido en los últimos veinte años. Este gesto amistoso con Marruecos podría tener repercusiones en la relación con Argelia, principal suministrador de gas a España. Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto y en noviembre procedió al cierre del Gasoducto Magreb-Europa (GME). Dicho gasoducto une Argelia con España a través de Marruecos, por lo que, con su cierre, Marruecos no solo pierde los ‘derechos de paso’ millonarios que ingresaba por el tráfico del gas, sino que también ve peligrar su abastecimiento energético. En todo caso, <strong>Albares no quiso precisar ayer si se había informado de esta decisión a Argelia. “No voy a ventilar públicamente cuestiones de relaciones internacionales de ese calado”</strong>, se limitó a responder.