<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebune, recibió este pasado domingo al embajador de España en Argel, Fernando Morán Calvo-Sotelo, “en una visita de despedida al término de su misión en Argelia”, según informaron las autoridades de este país.</strong></h4> Al término del encuentro, según informó la agencia estatal de noticias APS, Fernando Morán declaró que había abordado con el mandatario “el estado de las relaciones entre Argelia y España” y aseguró que ambos habían coincidido en que, “si bien son excelentes, siempre hay maneras de seguir desarrollándolas”. Fernando Morán Calvo-Sotelo, hijo del que ex ministro de Exteriores Fernando Morán, cumplirá este próximo viernes, 12 de diciembre, los setenta años, la edad de jubilación de los funcionarios. Su dilatada carrera diplomática, que comenzó en 1981, se ha desarrollado sobre todo en África, ya que ha sido, entre otras cosas, embajador en República Democrática del Congo, Cabo Verde, Senegal y Costa de Marfil. También ha sido “número dos” en las Embajadas de España en Rabat, Tel Aviv y Berna y cónsul general en Nador (Marruecos). Fernando Morán fue nombrado embajador en Argelia en septiembre de 2018 y en estos más de siete años fue testigo en primera línea de la gravísima crisis diplomática que estalló en marzo de 2022 entre España y Argelia a raíz de la inesperada decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de calificar la propuesta marroquí para la autonomía del Sáhara Occidental como la “más sería y creíble” para resolver el conflicto en el antiguo territorio español. Poco días después, y en represalia por aquella medida, el presidente Tebune llamó a consultas al embajador de Argelia en Madrid, Said Moussi, aunque España no respondió con la misma medida y decidió mantener en el puesto a Fernando Morán. Asimismo, en junio de 2022, el presidente Abdelmayid Tebune anunció la suspensión del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación en represalia por su “injustificable” apoyo a “la ilegal e ilegítima fórmula de autonomía” y anunció la congelación de las domiciliaciones bancarias de “las operaciones de comercio exterior de productos y servicios con origen y destino en España”. Como consecuencia de ello, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acudió a la Comisión Europea y consiguió que la Unión Europea advirtiese a Argelia de que la suspensión de las relaciones comerciales con un miembro de la UE podría violar el Acuerdo de Asociación entre Bruselas y Argel. El apoyo de Bruselas a España no hizo sino deteriorar las cosas, ya que el Gobierno argelino acusó a España de haber buscado la “lamentable intromisión” de la UE en una cuestión estrictamente “bilateral”. Argelia es el principal suministrador tradicional de gas a España, lo cual es especialmente importante en el contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania. El deshielo entre España y Argelia comenzó en septiembre de 2023, sobre todo tras unas palabras de Pedro Sánchez ante la Asamblea General de la ONU en las que pidió una salida al conflicto del Sáhara “en el marco de la Carta de Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad” y a través de una “solución política y mutuamente aceptable” por ambas partes, sin mencionar la propuesta marroquí de autonomía. Aparte, Argel también ha visto con buenos ojos la postura de Sánchez a favor del Estado palestino tras el estallido de la guerra entre Israel y Hamás. Argelia es uno de los más firmes apoyos de los palestinos, tanto de la Autoridad Nacional como de Hamás, y no reconoce a Israel. En esas circunstancias, España concedió en noviembre de 2023 su plácet al nuevo embajador de Argelia, Abdelfetá Daghmun, quien en diciembre presentó las Copias de Estilo de sus Cartas Credenciales en el Ministerio de Asuntos Exteriores.