<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Rey Felipe VI y el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se desplazaron este viernes, 28 de noviembre, a Gernika, donde rindieron un homenaje a las víctimas del bombardeo de 1937 por las fuerzas nazis aliadas de Franco durante la Guerra Civil española.</strong></h4> La tercera y última jornada de la visita de Estado de Steinmeier a Alemania transcurrió en el País Vasco, donde fue recibido por el Lehendakari, Imanol Pradales, en el Palacio Ajuria-Enea, residencia oficial del presidente de Euskadi en Vitoria. Posteriormente, el mandatario alemán se trasladó a Gernika, donde, acompañado por el Rey y por su esposa, Elke Büdenbender, depositó una corona de flores con los colores de Alemania en memoria de las víctimas del bombardeo aéreo de 1937, tras lo cual se respetó un minuto de silencio en el que Steinmeier permaneció en pie frente al templete dedicado a las víctimas. A su lado se encontraban el Rey Felipe VI, el lehendakari y una amplia representación institucional de Euskadi y del Estado central. El acto contó con la presencia de representantes del PNV, PSE-EE, PP y Sumar. EH Bildu no quiso asistir. Se trata del primer jefe de Estado alemán que visita la ciudad foral vasca desde que fuera arrasada por la Legión Cóndor en 1937. En 1997, el entonces presidente de Alemania, Roman Herzog, reconoció públicamente, por primera vez, la implicación directa de la Legión Cóndor alemana en la destrucción de Gernika durante la Guerra Civil, cuando las tropas nazis combatían en el bando franquista. La ceremonia tuvo lugar en el cementerio de Zallo (construido en 1891), que forma parte del patrimonio memorial de Gernika y está especialmente vinculado al recuerdo del bombardeo del 26 de abril de 1937. El mausoleo dedicado a las víctimas fue inaugurado en 1995 con motivo del 58 aniversario del bombardeo y contiene un sarcófago con restos de víctimas del bombardeo y de la Guerra Civil, una placa con el emblema del Euzko Gudarostea (Ejército vasco), obra de Eduardo Chillida, y la campana de la iglesia de San Juan, conservada tras la destrucción del templo. La campana suena todos los años cada 26 de abril en memoria de la masacre. Aparte, Steinmeier y el Rey mantuvieron un encuentro con supervivientes del bombardeo y el presidente alemán reconoció la responsabilidad histórica de su país en la matanza. “No queremos ni vamos a olvidar el sufrimiento que se ha causado aquí”, declaró. “Me inclino ante las víctimas y nuestro pésame va con los supervivientes, sus familias y todos aquellos para quienes las heridas de aquel tiempo siguen abiertas y no han sanado”, añadió, citado por la web de la Presidencia Federal alemana. En recuerdo de las víctimas, el mandatario advirtió de la necesidad de “oponerse a todo nacionalismo, odio y violencia, pero también de defender la paz, la libertad y la democracia”. A continuación, los dos jefes de Estado visitaron el Museo de la Paz de Gernika, acompañados por el alcalde y presidente del Museo, José María Gorroño. La última parada en el País Vasco incluyó una visita al centro de Bilbao y al Museo Guggenheim de la capital vizcaína.