El 37,6% de las empresas españolas con más de 50 empleados participa en cadenas de valor globales

The Diplomat

El 37,6% de las empresas españolas de más de 50 empleados de los sectores de la industria, el comercio y los servicios no financieros participa en cadenas de valor globales, especialmente en la Unión Europea, que fue el destino más frecuente de todas las operaciones exteriores llevadas a cabo por estas empresas en 2023.

Estas son las principales conclusiones de la nueva estadística europea sobre Cadenas de Valor Globales (ECVG), publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que mide el grado de globalización de la economía española a través de la gama de actividades transfronterizas necesarias para llevar un producto o servicio desde su concepción hasta los consumidores finales, pasando por las distintas fases de producción y entrega.

La investigación se ha centrado en 19.075 empresas no agrícolas que realizan actividades industriales, de comercio o de servicios no financieros con 50 o más empleados. Del total de empresas analizadas, 7.157 (un 37,6%) han declarado que participan en cadenas de valor globales, frente a las 11.918 que no lo hacen (62,5 %).

El destino más frecuente para la compra y venta de bienes y servicios en el exterior fue la Unión Europea: 5.250 empresas compraron y 4.667 vendieron bienes en este destino, mientras que 1.472 adquirieron servicios y 1.178 los suministraron.

Del total de empresas que externalizaron sus actividades fuera de España, el 48,3 % pertenecía a la industria, el 41,4 %, al sector servicios, y el 10,3 %, al comercio. El 89,7% de las empresas que realizaron alguna externalización internacional entre 2021 y 2023 fueron empresas grandes (250 o más ocupados) y el 10,3% restante, medianas (de 50 a 249 ocupados).

Las tres principales razones que motivaron a las empresas a externalizar parte de su proceso de producción fuera de España fueron la reducción de los costes laborales, una normativa en el extranjero que afecta favorablemente a la empresa, así como la reducción de costes distintos de los costes laborales.

En contraposición, los tres mayores inconvenientes que concibieron las empresas para realizar outsourcing fuera de España fueron las barreras legales o administrativas, las cuestiones fiscales y la Incertidumbre sobre la calidad de los productos o servicios que se van a suministrar en el extranjero. Aparte, el aumento de los costes de las materias primas relacionado con el suministro de energía fue la restricción que impactó de forma más importante sobre sus cadenas de valor globales durante el trienio.

 

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