50 años del 20N: “Franco ha muerto, Franco ha muerto, Franco ha muerto”. Historia de un teletipo

Eduardo González

El 20 de noviembre de 1975, a las 4:58 horas, un joven teletipista de la agencia Europa Press llamado José Luis Blanco Mascañeras tuvo el inesperado honor de difundir, antes que nadie, la noticia de la muerte del dictador Francisco Franco.

José Luis Blanco, una persona entrañable a quien este redactor pudo conocer muy bien, era uno de esos trabajadores “todoterreno” que, por aquella época, solían entrar en las redacciones muy jóvenes, casi niños, como meritorios dispuestos a hacer de todo.

José Luis, concretamente, entró con catorce años y uno de sus primeros encargos era el de desplazarse, en bicicleta, a las oficinas de la censura para mostrarles los textos y conseguir su aprobación antes de poder publicarlos. Por lo visto, eran tan absolutamente estúpidos los argumentos de la censura para prohibirle algunos de esos textos que, cuando tenía que explicarlo en la redacción, las broncas la caían siempre a él. “Este chico es tonto, no se entera de nada”, le decían. Luego, cuando alguien más adulto intentaba comprobar si era cierto, descubría que el chico se había enterado absolutamente de todo.

Al margen de esos inicios, que ya le pusieron bien en la pista de cómo se las gastaba la dictadura, un todavía joven pero mucho más experimentado José Luis Blanco Mascañeras tuvo el honor, años después, de pasar a la historia del periodismo por haber sido, en su humilde puesto de teletipista, la persona a quien le correspondió la responsabilidad de transmitir públicamente la frase “Franco ha muerto” (por triplicado) siendo verdad. En efecto, Franco había muerto.

Aquellos hechos los recoge magistralmente otro gran veterano de Europa Press, Jesús Frías, redactor jefe en la agencia desde 1976, en su libro ‘De Europa a Europa. 30 años de historia vividos desde la noticia’, publicado en 2012 por la editorial Palabra.

“Yo no sé quién supo la noticia antes, el primero que se enteró quizá fue el propio Franco o los médicos que lo trataban, no lo sé, pero el primer medio informativo que dio la noticia de la muerte de Franco fue la agencia Europa Press y así está reconocido a nivel mundial y a nivel internacional, que todas las agencias del mundo, France Press, Associated Press, UPI, Reuters, dieron la noticia citando a Europa Press”, explicó Frías en una entrevista concedida a ‘Daily Motion’.

Europa Press había preparado todo el operativo a la espera de la noticia y disponía de diversas fuentes de primer orden (“cables”) que se habían comprometido a informar de la muerte de Franco o, en el peor de los casos, a no desmentirla en caso de que se les preguntara. “Estas personas no nos iban a informar de que Franco había muerto, pero no nos iban a engañar”, fundamentalmente “para evitar especulaciones”, porque “la noticia de que Franco había muerto falsamente se había dado varias veces por agencias de noticias extranjeras”, explicó Frías.

Entre estas fuentes figuraban un militar del Servicio de Inteligencia de Presidencia del Gobierno, amigo del ministro de Información y Turismo, León Herrera; Nicolás Franco y Pasqual de Pobil, sobrino del dictador y amigo íntimo del presidente de la agencia, José Mario Armero; y un miembro del equipo médico que atendía a Franco.

“Un vehículo grande con unas luces muy potentes”

En la madrugada del 20 de noviembre de 1975, en la agencia solo estaban despiertos tres periodistas: Mariano González, apostado en el Hospital La Paz de Madrid; Marcelino Martín Arrosagaray, que aquella noche estaba de guardia en la redacción; el telefonista Clemente Sanz Fernández y José Luis Blanco.

Mariano González estaba junto a los numerosos periodistas, españoles y extranjeros, reunidos en el hospital a la espera de noticias, pero hacia decidido salir a tomar el aire para despejarse un poco. Fue en ese momento cuando vio llegar “un vehículo grande con unas luces muy potentes” que entraba en la zona de urgencias. Pocos minutos más tarde, vio otro vehículo similar y, por las matrículas de ambos, sospechó que correspondían a los jefes de la Casa Militar y la Casa Civil de Franco, lo cual pudo confirmar de inmediato a través de un agente de policía.

Los jefes de la Casa Militar y la Casa Civil solían visitar todas las noches el hospital hasta las diez de la noche y el hecho de volverlos a ver unas pocas horas más tarde a una hora tan inusual y entrando por un sitio “discreto” (la zona de Urgencias) le hizo sospechar. “Que volviera a esa hora era muy raro. Llamé a la redacción y se lo dije a Marcelino”, explicó Mariano González. La frase exacta fue: “Yo creo que Franco, si no ha muerto, está a punto de morir”.

“Tengo un teletipo que dice que Franco ha muerto. ¿Si lo doy me equivoco mucho?”

A renglón seguido, Marcelino Martín Arrosagaray efectuó la ronda de llamadas a los contactos establecidos. Con todos ellos “se tiró el ‘pegote’ (el farol) de ‘sabemos que Franco ha muerto’” y tanto unos como otros, sobre todo el sobrino del dictador, le dieron a entender que, en efecto, había muerto. La última llamada fue al servicio de Inteligencia de Presidencia: “Tengo preparado un teletipo que dice que Franco ha muerto. ¿Si lo doy me equivoco mucho?”, preguntó. La otra persona (un militar) dudó un poco y dijo “no”.

Acto seguido, Martín Arrosagaray despertó el director de Europa Press, Antonio Hererro, en plena madrugada para ponerle al tanto de los detalles y pedir instrucciones, y el director hizo lo propio con una fuente que él mismo tenía, que no podía revelar y a la que se había comprometido a llamar únicamente para comprobar si era verdad que Franco había muerto. El siguiente mensaje de Antonio Herrero fue: “dalo”.

José Luis Blanco, y así nos lo contó a algunos, no estaba muy a favor de publicarlo antes de que llegara la confirmación oficial, pero eso suponía perder la madre de todas las primicias. “¡Dalo ya, es orden del director!”, le gritó Marcelino Martín. Y, cómo no, José Luis obedeció y difundió el flash: “Franco ha muerto, Franco ha muerto, Franco ha muerto”. Tres palabras, repetidas tres veces y de forma escalonada, para despejar dudas. Eran las 4:58 horas del 20 de noviembre de 1975.

Obviamente, estaban tratando con una dictadura y, si equivocarse en un tema así ya es de por sí grave, en una dictadura era mucho más delicado. De hecho, según explicó Jesús Frías en la citada entrevista, los redactores que estuvieron aquella noche en Europa Pres “se asustaron un poco porque, justo en el momento en que estaban dando el flash de ‘Franco ha muerto’, salía una nota del Ministerio de Información y Turismo diciendo: ‘La vida del jefe del Estado se está extinguiendo lentamente, pero todavía conserva sus constantes vitales’”.

Las autoridades habían preferido dejar pasar un tiempo de dos o tres horas antes de dar la noticia para establecer los dispositivos de seguridad, porque “no se sabía qué iba a pasar”. “No querían que se supiera hasta dentro de unas horas y nosotros lo rompimos”, explicó Frías. Poco después, el ministro, León Herrera, envió una carta a Europa Press para darles “la enhorabuena” y, al mismo tiempo, reprocharles que le habían “pisado la noticia”. No todo fue tan amable: alguien de la Dirección General de Prensa llamó a la redacción para advertirles de que se iban a “tragar el teletipo”.

Muchos años después, después de más cincuenta años en la agencia y con motivo de su jubilación, José Luis Blanco Mascañeras recibió, enmarcada, una reproducción del histórico teletipo de manos del entonces director de Europa Press, Ángel Expósito.

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