<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La Fundación Alternativas ha advertido de que la “doble vara de medir” de la UE respecto a Ucrania y el genocidio en Gaza es contradictoria con su propia “identidad” como “fuerza de paz” y podría socavar su “prestigio y autoridad moral” probablemente de forma “permanente”.</strong></h4> Esta es una de las conclusiones del informe ‘El estado de la Unión Europea 2025’, presentado este miércoles por la Fundación Alternativas, en el que se analiza la “transformación profunda del orden geopolítico y geoeconómico” a que se enfrenta el continente en el segundo cuarto del siglo XXI y en el que se analiza la forma en la que la Unión Europea debe abordar retos importantes relacionados con ese cambio del orden global, así como las políticas internas que competen a la Unión, entre ellas la triple transformación digital, ecológica y social. “A la comunidad internacional nacida de la posguerra hace ochenta años le sucede la pretensión de potencias como Estados Unidos, China y Rusia de acabar con la naturaleza multilateral de un orden global que tiene como símbolo las Naciones Unidas y las instituciones de Bretton Woods”, afirma el think tank. “Se trata de sustituirlo por un orden nacionalista, aislacionista y proteccionista”, prosigue. Las declaraciones de Donald Trump del cinco de noviembre de 2024, tras ganar las elecciones presidenciales estadounidenses, que coincidían con las propuestas mantenidas durante la campaña electoral y, a su vez, con las decisiones adoptadas a partir de su investidura el 20 de enero de 2025, confirmaron un “nuevo arranque político que está alterando sus relaciones con el resto del mundo y, sobre todo, con Europa y la Unión Europea”, continúa Alternativas. Durante estos ocho primeros meses se ha mantenido, incluso han aumentado, estas primeras +orientaciones, añade. Al “fortalecimiento de Trump y su vínculo con los magnates tecnológicos”, que han adquirido especial relevancia, se une el posible enfrentamiento de la UE con China y su política arancelaria, prosigue. Aparte, es importante la “estabilización de la agresión rusa a Ucrania y su imprevisible solución”, advierte la Fundación Alternativas. Al respecto, el informe destaca el “fracaso de la estrategia de Rusia”, ya que pensaba que en dos meses iba a conseguir sus objetivos de derrocar al gobierno ucraniano de Volodimir Zelenski a través de la toma de la capital Kyiv, y de nombrar un gobierno títere. “Llegó a ocupar el 70% de su territorio invadido, pero se ha tenido que ir retirando sucesivamente, hasta mantener algo menos del 20%” y, de momento, “no se ve que vaya a cambiar drásticamente la situación”, añade. Respecto al genocidio en Gaza, el documento de Alternativas muestra su “perplejidad” ante las actitudes de los máximos responsables de las instituciones comunitarias, y se pregunta: “¿Dónde queda la identidad europea?” En este sentido, el think tank advierte de que no se trata únicamente de una reflexión moral, sino de un “interrogante constitucional y político” que tiene que ver directamente con la identidad europea. Es constitucional, porque sus Tratados definen a la UE como una “fuerza de paz” empeñada en la defensa incondicional del derecho internacional como única base para el orden global. Y es política, señala el informe, porque el “daño infligido al prestigio y la autoridad moral de la UE” en el mundo por la diferente vara de medir aplicada a Ucrania y a Gaza es enorme, “y veremos si no será permanente”. <h5><strong>Autonomía estratégica defensiva pero también social</strong></h5> En este contexto, la Fundación Alternativas considera que la Unión Europea debe retomar el proceso de construir su “autonomía estratégica”, también en el campo de la seguridad y defensa, creando las estructuras necesarias para asumir su defensa común “sin depender de una potencia exterior que aprovecha esta dependencia para ejercer un control político y económico de Europa”, y coarta en la práctica la acción exterior que la Unión debe llevar a cabo libremente para “defender sus valores e intereses” sin interferencias. Por ello, prosigue, es imprescindible desarrollar una “Base Industrial y Tecnológica de la Defensa” europea, robusta, avanzada y rentable para evitar depender en el ámbito de la defensa de los suministros de equipos, armamento y plataformas “procedentes de otros países”, que pueden condicionar su empleo o restringir la entrega de mejoras tecnológicas o repuestos y, en todo caso, se quedan con los beneficios de esas adquisiciones. No obstante, la Fundación Alternativas advierte sobre la importancia de que la dimensión social de la UE “no quede relegada”. Las inversiones en seguridad y defensa son importantes en el nuevo contexto internacional, pero “no pueden impulsar las economías de forma sostenible ni dar respuesta a los problemas sociales cotidianos de la población”. A juicio de la organización, es fundamental distinguir entre “competitividad económica interna y externa”. La externa es “indispensable en la nueva situación geoeconómica”, y se refiere a toda la Unión en su conjunto, pero la competitividad externa no puede reforzarse solo aumentando la interna, ya que esto “podría derivar en una espiral descendente” en ámbitos como la inversión social, servicios sociales, salarios, estándares de protección social y fiscalidad.