- Introducción: la Amazonia en el centro del tablero climático
La cumbre del clima de 2025, la COP30, se celebrará en Belém do Pará, en pleno corazón de la Amazonia brasileña. No es solo una elección simbólica: es un mensaje político. Por primera vez, la cita global sobre cambio climático se desarrollará en la región que concentra el mayor reservorio de biodiversidad del planeta y uno de los principales sumideros de carbono.
Brasil quiere aprovechar su presidencia para reposicionar a América Latina como actor estratégico de la transición verde global, en un momento en que el eje climático se desplaza hacia el Sur Global.
La cita de Belém llega en un contexto de urgencias: el retroceso en los compromisos de mitigación, la falta de financiación para adaptación y el aumento de la deforestación ilegal. Para España y la Unión Europea, será una oportunidad decisiva para consolidar una diplomacia climática iberoamericana que combine cooperación, inversión y liderazgo político.
- La lógica geopolítica del clima
El clima se ha convertido en el nuevo campo de competencia global. China y Estados Unidos utilizan la transición verde como instrumento de poder industrial; la UE, como bandera normativa y moral; América Latina, como fuente de recursos naturales y servicios ambientales.
La paradoja es evidente: la región aporta menos del 10 % de las emisiones globales, pero concentra el 40 % de la biodiversidad y los ecosistemas más vulnerables.
De ahí que Belém no sea solo una cumbre ambiental, sino una negociación sobre poder, financiación y justicia climática.
El mensaje latinoamericano será claro: sin financiación, no hay transición. Y, esta vez, la UE y España tienen incentivos estratégicos para responder con hechos y no solo con discursos.
- Qué está en juego en Belém
La COP30 marcará el momento de balance global del Acuerdo de París y la revisión de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDCs).
Brasil quiere impulsar tres prioridades:
- Deforestación cero antes de 2030, con mecanismos de verificación internacional.
- Mercado global de créditos de carbono, basado en integridad ambiental y transparencia.
- Financiación justa para adaptación, con nuevos instrumentos multilaterales y fondos regionales.
El éxito de Belém dependerá de si logra conectar la agenda ambiental con la social y de desarrollo, una combinación que América Latina exige desde hace décadas.
- El impulso de Brasil y el papel regional
Lula da Silva ha convertido la política climática en su carta de reingreso al liderazgo internacional. Brasil busca restaurar la credibilidad dañada durante los años de Bolsonaro y presentarse como potencia ambiental.
El país ha reducido drásticamente la deforestación en el último año y ha tejido una red de alianzas con Colombia, Perú y Bolivia para una posición amazónica común.
La “coalición de la selva” pretende que los servicios ecosistémicos de la Amazonia se valoren económicamente y que los países que los protegen reciban compensación por esa función global.
Belém, por tanto, será el escaparate de una diplomacia verde del Sur Global, que busca interlocución directa con Europa y mayor autonomía frente a los organismos financieros tradicionales.
- Reticencias y riesgos
La falta de consenso sobre el mercado de carbono —especialmente en el artículo 6 del Acuerdo de París— amenaza con reabrir divisiones entre países desarrollados y en desarrollo.
Varios gobiernos temen que la mercantilización del carbono reproduzca las asimetrías del sistema financiero: el Norte compra, el Sur conserva.
También persisten dudas sobre los mecanismos de verificación, la participación de comunidades indígenas y la distribución real de beneficios.
La legitimidad de la COP30 dependerá de que Brasil y sus aliados logren conciliar ambición climática con justicia social.
- La posición española: liderazgo climático y puente con América Latina
España ha reforzado su perfil diplomático en materia climática, especialmente desde la COP25 de Madrid-Chile en 2019.
El Gobierno español defiende una política exterior verde, con tres ejes: acción climática, cooperación energética y transición justa.
En América Latina, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) y el Fondo Verde para el Clima canalizan proyectos de adaptación, gestión forestal y energías renovables.
De cara a Belém, España puede ejercer un papel de bisagra diplomática entre la UE y los países latinoamericanos, alineando financiación europea, tecnología y gobernanza ambiental con las prioridades del Sur.
Su objetivo será reforzar la presencia europea en la Amazonia y consolidar una narrativa compartida basada en la justicia climática y la cooperación iberoamericana.
- Ventajas potenciales para España
La COP30 ofrece una oportunidad triple:
- Económica: apertura de mercados para las empresas españolas en sectores de renovables, agua, gestión forestal y adaptación urbana.
- Diplomática: reposicionar a España como puente entre Bruselas y América Latina en foros multilaterales.
- Política: reforzar la coherencia entre política exterior y transición verde, un valor reputacional en alza dentro de la UE.
Además, España puede liderar la coordinación de proyectos europeos en la Amazonia, integrando cooperación, inversión y diplomacia climática.
- Riesgos y desafíos
El riesgo principal es la dispersión: múltiples iniciativas sin coordinación entre la UE, los Estados miembros y las instituciones financieras.
También existe el peligro de que los compromisos europeos queden limitados al discurso, sin mecanismos financieros suficientes.
A nivel interno, España deberá equilibrar su apuesta climática exterior con las tensiones presupuestarias derivadas de la transición energética doméstica.
En el plano político, cualquier fracaso en Belém podría alimentar el escepticismo y dar argumentos a los gobiernos más reticentes del continente.
- Escenarios de evolución
Escenario incremental: avances técnicos en mercados de carbono y compromisos parciales de financiación.
Escenario ambicioso: pacto global por la Amazonia con metas verificables y creación de un fondo internacional específico de conservación.
Escenario bloqueado: división Norte-Sur sin consenso sobre financiación ni mecanismos de verificación.
España aspira a situarse en el escenario ambicioso, actuando como impulsor de la cooperación iberoamericana y garante de la credibilidad europea.
- Conclusiones: qué se juega España
Belém no será una COP más: será la prueba de si la transición verde puede ser también una transición justa.
España tiene la oportunidad de convertir su relación histórica con América Latina en un instrumento de diplomacia climática y desarrollo sostenible.
Si logra articular una posición común iberoamericana, reforzará su peso en la UE y su prestigio internacional.
Pero si la cita se traduce en un nuevo desencuentro entre el Norte y el Sur, el riesgo será la pérdida de credibilidad del sistema multilateral y de la propia política europea de cooperación.
La Amazonia será el escenario, pero el mensaje será global: el futuro climático se juega también en español y portugués.
📊 Recuadro: “COP30 Belém: claves diplomáticas para España”
• Fecha: noviembre de 2025, Belém do Pará, Brasil.
• Ejes temáticos: deforestación cero, mercado de carbono y financiación para adaptación.
• Protagonistas: Brasil, Colombia, Bolivia y la UE.
• Palancas españolas: cooperación AECID, transición energética, gestión forestal y agua.
• Oportunidades: liderazgo iberoamericano, inversión verde, diplomacia multilateral.
• Riesgos: dispersión de iniciativas, falta de financiación y fractura Norte-Sur.
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