Un informe del Humanitarian Research Lab de la Universidad de Yale ha identificado al menos 210 instalaciones en Rusia y en territorios ocupados de Ucrania vinculadas al traslado forzoso de menores ucranianos desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022. El estudio describe un entramado que incluye campamentos, escuelas cadetes, orfanatos e incluso bases militares, donde se desarrollan actividades de adoctrinamiento ideológico y, en algunos casos, de carácter militar.
Según los investigadores, en aproximadamente dos tercios de esas instalaciones se llevan a cabo programas de “reeducación” que promueven narrativas pro-Kremlin, mientras que en alrededor de una quinta parte se han documentado actividades de tipo militar, como desfiles o entrenamientos básicos con drones. Los autores subrayan que más de la mitad de los centros identificados están directamente vinculados con instituciones del Estado ruso.
Las cifras sobre el número total de menores afectados son difíciles de precisar. El gobierno de Ucrania denuncia que al menos 19.546 niños han sido deportados, de los cuales solo unos 1.600 habrían regresado, aunque Yale advierte de que el número real podría ser mayor. El informe no cuantifica con exactitud cuántos niños están presentes en cada instalación, pero sí sostiene que la magnitud del sistema es “sin precedentes” en Europa en términos de escala y organización.
El estudio, basado en fuentes abiertas, imágenes satelitales y documentos oficiales, ha sido recogido por organismos internacionales y medios de referencia. Sus conclusiones refuerzan las acusaciones de posibles crímenes de guerra y violaciones graves del derecho internacional humanitario, en particular de la Convención de Ginebra sobre la protección de civiles y del Convenio de los Derechos del Niño.
La denuncia añade presión diplomática y legal sobre Moscú. Naciones Unidas, el Tribunal Penal Internacional y varias capitales occidentales ya han condenado estas prácticas, que suponen un ataque directo a la identidad cultural y a los derechos de la infancia. Para Kyiv, el reto es doble: lograr la repatriación de los menores y atender las secuelas psicológicas de quienes regresen.
El informe de Yale recuerda que la guerra no solo se libra en el frente militar, sino también en el terreno de la memoria, la identidad y el futuro de las próximas generaciones.
Puede encontrarse el informe al completo aquí: https://files-profile.medicine.yale.edu/documents/e6294def-3f80-4d71-9cc7-91f6af70a523?utm_source=chatgpt.com