Mañana martes a las 19 horas, el Instituto Cultural de México inaugura El Silencio Sedimenta, una exposición individual de la artista Vanessa Enríquez, que propone una mirada íntima a su trabajo más reciente a través de seis fragmentos literarios.
Cada uno de estos fragmentos dialoga con las piezas expuestas, revelando conexiones entre el lenguaje, la materialidad y los procesos introspectivos que caracterizan su práctica artística.
Partiendo de un interés en la línea y sus posibilidades espaciales, ha trabajado casi una década con la cinta magnética de los VHS, porque ha encontrado en este material el intermediario que le ha permitido transformar la línea bidimensional en un elemento escultórico. Se trata de investigar un material, una textura, una técnica, pero sin tener un objetivo, un resultado final específico, sino dejarse llevar por el trabajo en sí. Es un proceso muchas veces lento y minucioso, entre la obsesión y la meditación. Un mantra gestual.
Vanessa Enríquez es una artista visual mexicana cuya práctica se centra en el dibujo expandido, explorando las dimensiones físicas, conceptuales y sonoras del silencio, el tiempo y la repetición. Su formación incluye una Maestría en Bellas Artes en Diseño Gráfico por la Yale School of Art (2000) y una Licenciatura en Diseño Gráfico por la Universidad Iberoamericana (1998). A lo largo de más de dos décadas, su trabajo ha sido expuesto en museos, galerías e instituciones de arte contemporáneo en América, Europa y Asia.