Trump condiciona la paz a que Ucrania renuncie a la OTAN y a Crimea

Trump y Zelenski en la Casa Blanca hoy

El encuentro en la Casa Blanca entre Donald Trump y Volodímir Zelenski celebrado en la Casa Blanca estuvo marcado por la propuesta del presidente estadounidense de condicionar un eventual acuerdo de paz a que Ucrania renuncie a su ingreso en la OTAN y a cualquier reclamación sobre Crimea. La posición de Washington ha generado inquietud en Bruselas, donde se teme que un enfoque transaccional debilite el marco multilateral construido en apoyo a Kiev.

Trump insistió en que Estados Unidos mantendrá su implicación en la seguridad de Ucrania, pero subrayó que la primera línea de defensa debe recaer en los europeos. Además, abrió la posibilidad de una cumbre trilateral con Putin y Zelenski, al tiempo que consideró innecesario un alto el fuego previo para abrir negociaciones.

Zelenski respondió reafirmando que ningún territorio está en negociación y que Crimea y Donbás forman parte de Ucrania. Su firmeza conecta con la posición de las instituciones comunitarias, que han declarado en repetidas ocasiones que la integridad territorial ucraniana no es negociable.

La propuesta estadounidense llega en un momento en que la Unión Europea ha intensificado su apoyo financiero y militar a Kiev. Bruselas es consciente de que un repliegue de Washington obligaría a los Veintisiete a reforzar su autonomía estratégica y asumir un mayor protagonismo en la seguridad del continente.

Los líderes europeos reafirman en Washington que la integridad territorial de Ucrania es innegociable

La presencia de dirigentes europeos en Washington sirvió para trasladar un mensaje de cohesión frente a la guerra de Ucrania. Emmanuel Macron, Ursula von der Leyen, Giorgia Meloni, Keir Starmer y otros líderes remarcaron que la soberanía ucraniana es un principio inquebrantable y que cualquier negociación debe partir del respeto a la integridad territorial.

Los mandatarios reclamaron además un alto el fuego inmediato como paso previo a cualquier diálogo, en contraste con la posición estadounidense. Reiteraron que Europa mantendrá su compromiso político, militar y económico con Kiev durante el tiempo que sea necesario, proyectando una imagen de unidad hacia la opinión pública y hacia Moscú.

La cumbre en la Casa Blanca fue interpretada en Bruselas como un avance en el reconocimiento de la Unión Europea como actor diplomático global. Los Veintisiete quisieron dejar claro que su respaldo a Ucrania no depende de vaivenes externos, sino que responde a una política común de defensa de la legalidad internacional y de la estabilidad europea.

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