La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alcanzaron este domingo en Escocia un acuerdo comercial que evita la escalada arancelaria anunciada por Washington. El pacto fija un arancel del 15 % para la mayoría de los productos europeos, frente al 30 % que amenazaba con entrar en vigor el 1 de agosto, y permite estabilizar las relaciones transatlánticas tras semanas de tensiones.
El acuerdo excluye sectores especialmente sensibles como los productos farmacéuticos y mantiene aranceles elevados (hasta del 50 %) en segmentos estratégicos como el acero y el aluminio. A cambio, la Unión Europea se compromete a realizar compras masivas de energía estadounidense por valor de 750.000 millones de dólares, además de impulsar nuevas inversiones europeas en territorio norteamericano por valor de 600.000 millones. Aunque no se han resuelto todos los puntos críticos, ambas partes celebraron el pacto como un avance “histórico”.
La reunión tuvo lugar en el complejo de Turnberry, en Escocia, en un clima más constructivo del previsto. Pese a las diferencias previas, Trump y von der Leyen coincidieron en subrayar la necesidad de previsibilidad para las economías a ambos lados del Atlántico. El acuerdo se presenta como un ejercicio de realismo político que pone fin, al menos temporalmente, al riesgo de una guerra comercial abierta entre la UE y Estados Unidos.