Óscar Ruiz

Militar de carrera de Infantería de Marina con mas de 30 años de experiencia. Nueve años destinado en Cuarteles Generales OTAN de Bélgica y Sarajevo desarrollando funciones de inteligencia y seguridad de la información. Misiones militares en África, América y Europa. Profesor y ponente en materias como el terrorismo yihadista, desafío de las migraciones y seguridad marítima.
Francia rompe la baraja: “Queremos el 80 %”
Todo parecía seguir lo planeado y cada país era responsable de un tercio del proyecto. Pero París, a través de Dassault, quiere más. Ansía el 80% del diseño y producción del nuevo caza FCAS de sexta generación. Y no es un rumor: lo ha confirmado la agencia Reuters y lo ha repetido el CEO de Dassault, Éric Trappier, que ha dejado claro que si no se hace como ellos quieren, están dispuestos a seguir solos.
¿Por qué este exabrupto de Francia? Pues por lo de siempre, porque tienen la experiencia, que ya han diseñado el Rafale, y que eso les da ventaja… Lo llaman el “principio del mejor”. Pero en realidad, suena más a “nosotros mandamos y vosotros pagáis”.
Alemania no espera: más F‑35 norteamericanos
Berlín, que ya conoce las salidas de tono de Francia en estos temas, ha reaccionado rápido. “Amenazan” con surtirse de 15 F-35 más, además de los 35 que ya ha comprado. Y es que le quiere dejar claro a Francia, que si el proyecto se hunde, ellos tienen alternativas. Y para meter presión a París, algunos militares y políticos alemanes hablan ya del FCAS… en pasado.
Y no es solo una cuestión de cazas. El Ministerio de Defensa alemán está harto de las imposiciones francesas. Políticos como Christoph Schmid ya advierten de que el FCAS corre serio peligro de “convertirse en un proyecto francés financiado por los demás”.
¿Puede fracasar el FCAS? Sí. Y más rápido de lo que parece
El FCAS es mucho más que un avión, es un ecosistema: avión, drones acompañantes, nube de combate, sensores… Una arquitectura compleja que requiere confianza, colaboración y visión compartida. Y ahora mismo, no hay ninguna de esas tres cosas.
Si finalmente Francia impone su modelo, Alemania se desmarcará y el proyecto podría morir en cuestión de meses. La fase 2, que debería arrancar en unos meses, podría pararse de forma indefinida. Y eso retrasaría la entrada en servicio del caza hasta 2045 o más…
España: en silencio… pero directamente afectada
España tiene un tercio del proyecto y ya ha invertido ya más de 1.000 millones de euros. Jugamos un papel clave en áreas como los sensores, la guerra electrónica o la firma radar. Todo ello coordinado por Indra y con participación clave de Airbus España.
Pero si el proyecto se atasca o se rompe, España no parece tener ahora mismo un plan B. Los Hornet del Ejército del Aire están ya al límite. Los Eurofighter tienen aún vida, pero no cubren todo el espectro. Y, a diferencia de Alemania, España no ha comprado aún ni un solo F‑35.
Si el FCAS fracasa, no hay alternativa doméstica, y eso significa depender de EE.UU. o quedarse (muy) atrás tecnológicamente. Y además perderemos posiciones industriales y de influencia en la defensa europea. Por otra parte el discurso de “autonomía estratégica europea” pierde sentido. Volvemos a depender de Estados Unidos para lo más básico: defender nuestro espacio aéreo.
¿Y ahora qué? Tres posibles escenarios
Se podrían presentar varios escenarios: Francia se impone y lo saca adelante por su cuenta, con un respaldo marginal de los demás. El FCAS se queda muy descafeinado y se convierte en una rama modernizada del Rafale. El proyecto se deseuropeíza.
Alemania y España se “cabrean” y se van cada uno por su lado. Berlín con el F-35; Madrid… a remolque. O todos retroceden un poco y se firma un nuevo pacto. Hoy es el menos probable… y el único que podría salvar el proyecto.
Y por detrás, se oye cada vez más fuerte esta idea: ¿unir FCAS con GCAP (el proyecto de caza de 6º generación británico, japonés e italiano)? Imposible a corto plazo… pero menos imposible que ahora.
¿Qué puede hacer España?
España debe exigir que se cumplan los acuerdos. No podemos ser un socio de segunda. Aparte de esto, se debe abrir un canal discreto con Estados Unidos para comprar de manera limitada algunos F-35 si se rompe el FCAS. Otras veces… ha pasado.
Hay que defender la industria de defensa española. Indra, Airbus, decenas de empresas están en la brecha jugando ya en tecnologías críticas para el sistema. Hay que defender y proteger ese Know-how.
El FCAS nació como el símbolo de la soberanía europea en defensa. Hoy está en manos de la ambición de unos, el escepticismo de otros… y la pasividad de los terceros. Si no se reconduce pronto, no habrá caza europeo del futuro.