<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó este miércoles ante el Congreso, durante su comparecencia para abordar los casos de corrupción en los que se ha visto implicado el PSOE, un plan estatal con quince medidas que, aseguro, representan “el mayor impulso contra la corrupción en décadas”. </strong></h4> “Vengo a asumir mi responsabilidad, a dar explicaciones, pero, sobre todo, vengo a proponer medidas para que no vuelva a pasar”, aseguró Sánchez en su comparecencia, en la que reconoció su equivocación por haber confiado en José Luis Ábalos y Santos Cerdán y por no haber podido evitar un “caso de corrupción que parece involucrar a los dos últimos secretarios de Organización del PSOE”. “Es evidente que el Gobierno aún tiene tarea pendiente en materia de lucha contra la corrupción y el machismo”, pero “la traición de unos pocos no puede manchar al resto”, advirtió. “Desgraciadamente, sí puede provocar dudas legítimas que deben ser contestadas. Por eso estoy aquí, para recuperar la confianza de los grupos parlamentarios”, aseguró. Asimismo, el jefe del Ejecutivo reconoció que llegó a plantearse la posibilidad de dimitir, pero se dio cuenta de que “tirar la toalla” no era una opción porque “desconocía las corruptelas en las que Ábalos y Cerdán pudieran estar metidos”, porque aspira a recuperar la confianza de los socios y porque su proyecto “va mucho más allá” de su persona y “no está aún culminado”. “Sé que no están siendo días fáciles para mis socios ni para los grupos que apoyan la acción del Gobierno”, pero “quiero decirles a todos y cada uno de ellos que voy a estar a la altura y satisfacer sus expectativas de regeneración y que voy a cumplir los compromisos que tengo con ellos”, añadió. <h5><strong>El plan</strong></h5> Por todos estos motivos, Sánchez presentó un plan de 15 medidas anticorrupción elaborado conjuntamente con la división Anticorrupción de la OCDE y con Sumar, la formación minoritaria en el Gobierno de coalición, y que se articula en torno a “cinco ejes” e implicará a administración, empresas, partidos y ciudadanía. El primer eje, explicó, es reforzar los “controles patrimoniales aleatorios y anuales a altos cargos” para “vigilar que nadie obtiene un beneficio indebido”, incluidas la financiación y las donaciones a partidos políticos y fundaciones con subvenciones superiores a 50.000 euros. El segundo eje prevé la protección de quienes denuncien casos de corrupción, para lo cual se incluirá una cláusula en la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal para que “cualquier persona que acuda directamente ante la Fiscalía, la Policía o un Juez a denunciar actos de corrupción, cuente con garantías plenas de confidencialidad, protección y apoyo legal”. El tercer eje del plan, prosiguió, es el refuerzo de “la capacidad del Estado para investigar, juzgar y sancionar la corrupción”, incluidos la creación de secciones especializadas, el refuerzo de la Fiscalía, la activación de juicios exprés para cargos públicos y el endurecimiento de las penas contra la Administración. El cuarto eje prevé la elaboración de listas negras para vetar a las empresas condenadas por inducir a la corrupción, porque “si queremos acabar con la corrupción, tenemos que perseguir a los corruptos, pero también a los corruptores”. “Detrás de cada mordida hay alguien que recibe, pero también hay alguien que paga”, con “empresas y empresarios que suelen irse de rositas y que tienden a eludir la crítica pública y el castigo judicial”, denunció. Este plan incluye medidas para la recuperación de los “bienes robados mediante la corrupción”. El objetivo del quinto y último eje, explicó, es “generar una verdadera cultura de integridad que impregne nuestras administraciones públicas”, a través de sondeos anuales, campañas educativas y programas formativos para funcionarios con el propósito de sembrar una cultura de integridad que arraigue a largo plazo. <h5><strong>Feijóo</strong></h5> Tras la intervención de Sánchez, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó estas medidas de “cosméticas” e instó al jefe del Ejecutivo a adoptar otras decisiones, como el refuerzo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el cese del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, imputado por revelar secretos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, y la remodelación del Tribunal Constitucional “para evitar cualquier sombra de partidismo”. “¿Cómo va a sacarnos de esta pesadilla si usted nos metió en ella?”, preguntó. “Usted lo sabía todo y lo calló”, prosiguió. “Usted no eligió personas equivocadas para hacer cosas correctas, eligió personas correctas para hacer cosas equivocadas y llegar al poder”, denunció. A juicio de Feijóo, “no hay maquillaje que tape” que Pedro Sánchez “es un político destruido” y, por ello, “lo mejor es confesar todo lo que sabe, ayudar a devolver el botín y convocar elecciones. No es que sea la única salida decente, es que no tiene otra”. Por último, se dirigió a los socios de Sánchez, a quienes advirtió de que “esto va de Sánchez o de decencia” y preguntó, concretamente a Sumar, si va a seguir siendo la “muleta de la podredumbre”. En su contrarréplica, Pedro Sánchez calificó a Feijóo de “títere de la extrema derecha, que se ha apoderado de su partido y de su ideología”, recordó los casos de corrupción en que se vieron implicados los Ejecutivos de José María Aznar y Mariano Rajoy y aseguró que tanto su Gobierno l Ejecutivo como el de José Luis Rodríguez Zapatero han sido los más “limpios” de la historia democrática española. “Usted lleva 25 años consintiendo y auspiciando casos del partido que es el más corrupto del país”, añadió. <h5><strong>Díaz recuerda a su padre fallecido</strong></h5> Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, aseguró, dirigiéndose a Feijóo, que intervenía en el Congreso en nombre de su padre, Suso Díaz, fallecido justamente este martes, porque “no querría jamás que gobernaran las derechas en nuestro país”. Asimismo, Díaz afirmó que Pedro Sánchez es una persona “honrada” y aseguró que Sumar “no va a permitir que se apague la luz del Gobierno de coalición progresista”, pero pidió al presidente del Gobierno un ”cambio de rumbo” porque “gobernar no es resistir sino transformar” y porque “la ciudadanía progresista está angustiada” por la situación actual.