<strong>Eduardo González</strong> <h4><strong>El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, optará este lunes a la presidencia del Eurogrupo, el foro de ministros de Finanzas de la eurozona, un cargo que, hasta la fecha, se le ha atragantado a España.</strong></h4> El Eurogrupo elegirá este lunes en Bruselas a su presidente para el próximo mandato. El ministro competirá con el actual presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohoe (del PPE), quien ejerce el cargo desde 2020 y que parte como favorito para conseguir un tercer mandato consecutivo de dos años y medio. El otro candidato es el ministro de Finanzas lituano, Rimantas Sadzius. El ganador deberá obtener la mayoría simple y se prevén varias rondas de votación en caso de necesidad. Para obtener el cargo, Carlos Cuerpo deberá convencer a sus homólogos de los veinte Estados miembros del Eurogrupo, nueve de los cuales pertenecen al Partido Popular Europeo (PPE) y otros dos a Gobiernos de ultraderecha en Finlandia e Italia. España ya ha intentado conseguir el cargo en dos ocasiones. Los dos intentos anteriores fueron protagonizados por el que fuera ministro de Economía con Mariano Rajoy, Luis de Guindos, quien lo intentó en 2015, y por la primera ministra de Asuntos Económicos de Pedro Sánchez, Nadia Calviño, quien también se estrelló en 2020, precisamente ante Donohoe. Como compensación, De Guindos es el actual vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y Nadia Calviño preside el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Precisamente, uno de los principales escollos para la candidatura Cuerpo podría ser la presencia de Calviño en el BEI y de De Guindos en el BCE, además de la de José Manuel Campa como presidente de la Autoridad Bancaria Europea, ya que su nombramiento otorgaría demasiada influencia a España en las instituciones financieras y económicas de la UE, lo cual podría no ser del agrado para el resto de países. La presidencia del Eurogrupo no otorga poder ejecutivo, capacidad decisoria ni voto de calidad, pero sí permite controlar la agenda e influir en los debates y en la búsqueda de consensos.