<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha solicitado al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que la declaración de la Cumbre de la OTAN, que se celebrará en La Haya de los días 24 y 25 de junio, incluya “una fórmula más flexible” que permita “excluir a España de la aplicación del objetivo de gasto” del cinco por ciento para defensa, una “una excepción” que, aseguró, se ha hecho en el pasado “con otros aliados”.</strong></h4> Sánchez ha hecho esta propuesta en una carta dirigida este jueves a Rutte, a la que han tenido acceso <em>The Diplomat</em> y <em>Aquí Europa</em> y en la que explica los motivos por los que España no está en condiciones de llegar al cinco por ciento del PIB en gasto de defensa. El propio Mark Rutte ha presentado un plan, con vistas a la Cumbre y a partir de una propuesta del presidente de EEUU, Donald Trump, para alcanzar ese porcentaje en 2032 con un aumento sostenido anual que los países deben declarar y cumplir. Según Sánchez, “España está plenamente comprometida con la OTAN”. “En los últimos años, es el cuarto país de la OTAN que más ha incrementado porcentualmente cada año su gasto de defensa, alcanzando el dos por ciento de su PIB en 2015, y está presente actualmente en las misiones de la Alianza con miles de militares y material de primer nivel”, prosiguió. “Quiero asegurarle que España seguirá cumpliendo sus obligaciones en los años y décadas por venir y seguirá contribuyendo activamente a la arquitectura de seguridad europea”, pero “España no puede comprometer un objetivo concreto de gasto en relación con el PIB en esta cumbre, por tres razones fundamentales”, aseguró. <h5><strong>“Algunos países necesitarán el 5%, pero el 2% es suficiente para España”</strong></h5> “La primera, porque no es necesario para cumplir sus compromisos con la Alianza”, explicó. “Como ya sabe, los Objetivos de Capacidades de la OTAN se establecen a través de un proceso estandarizado, transparente y rastreable. Cada cuatro años, el Mando Estratégico identifica los requerimientos mínimos de capacidades que la Alianza necesitará para cumplir su misión en los años venideros y desarrolla un paquete de Objetivos de Capacidades para cada aliado con objetivos concretos y plazos”, prosiguió el jefe del Ejecutivo. “Los actuales paquetes de Objetivos de Capacidades fueron aprobados por nuestros ministros de Defensa en junio de 2025 y permanecerán válidos al menos hasta el final de la década”, añadió. “Países diferentes necesitarán invertir cantidades diferente para alcanzarlo. Algunos necesitarán llegar al cinco por ciento de su PIB. Otros, menos. Y esa asimetría debe ser respetada por todos los medios, entre otros motivos, porque está incorporada en mucho de los principios operativos de la OTAN y porque se deriva de una serie de factores económicos (por ejemplo, costes laborales y de producción) que nada tienen que ver con el nivel de compromiso de cada aliado respecto a nuestra defensa colectiva”, advirtió. “España, en particular”, aseguró Pedro Sánchez, “requerirá de un gasto del 2,1 por ciento, de acuerdo con sus estimaciones militares, una inversión que será suficiente para adquirir y mantener todo el personal, equipamiento e infraestructuras pedidos por la Alianza”. <h5><strong>Desarrollo de la propia industria militar</strong></h5> “Para España, comprometer un objetivo del cinco por ciento no solo no es razonable, sino también contraproducente, pues alejaría aún más a España del gasto óptimo y obstaculizaría los esfuerzos continuos de la UE para fortalecer su ecosistema de seguridad y defensa”, explicó Sánchez. “Esta es, de hecho, la segunda razón: estamos de acuerdo en que la UE necesita ayudar a los aliados a mejorar su inter operatividad, su proceso de adquisición y su base industrial para contribuir más decisivamente a disuadir a Rusia y reequilibrar la carga defensiva transatlántica, sin olvidar las amenazas procedentes del flanco Sur”, pero “para que haya un verdadero progreso necesitaremos algún tiempo y algún margen de maniobra, y me temo que un incremento apresurado del cinco por ciento perjudicaría a este proceso de dos formas”, advirtió. El motivo de ello es aseguró, es que, si se “apresura a España a realizar compras fuera de sus fronteras”, concretamente a “proveedores no europeos”, se impediría el desarrollo de “su propia base industrial” e incrementaría “el desvío actual de los ahorros europeos a los mercados extranjeros, añadiendo alrededor de 100.000 millones de euros a los 300.000 millones de euros que ya transfieren anualmente”. Por otra parte, ese objetivo de gasto en defensa podría “desacelerar nuestro crecimiento económico a través de un incremento de la deuda, de presiones inflacionarias y del desvío de inversiones desde actividades cruciales con un mayor efecto multiplicador que la industria de defensa, por ejemplo, educación, salud, tecnología digital”. “Si realmente queremos incrementar el gasto real de forma sostenida, nuestro principal objetivo debe ser asegurar que nuestras economías crecen sustancialmente en los próximos años y, para conseguirlo, debemos encontrar el equilibrio correcto entre impulsar nuestras capacidades defensivas e impulsar nuestra competitividad económica general”, añadió. <h5><strong>Estado de Bienestar y “visión del mundo”</strong></h5> “Una tercera y última razón que impide a España comprometerse con el objetivo del cinco por ciento”, continuó Pedro Sánchez, “es que ese nivel de gasto podría ser incompatible con nuestro Estado de Bienestar y nuestra visión del mundo”. “La realidad es que, para España y para otros países de la OTAN, alcanzar el cinco por ciento en gasto de defensa va a ser imposible como no sea incrementando impuestos a la clase media, recortando servicios públicos y beneficios sociales para sus ciudadanos y reduciendo su compromiso con la transición verde y la cooperación internacional al desarrollo”, agregó. “Cada Gobierno está legitimado para decidir si está dispuesto, o no, a hacer tales sacrificios. Como aliado soberano, nosotros optamos por no hacerlo. Elegimos lograr un equilibrio entre la necesidad de incrementar el gasto de defensa y la necesidad de abordar los otros retos sociales, económico y medioambientales a que se enfrentan tanto nuestro mundo como nuestros ciudadanos”, aseguró. “En el actual contexto, y de acuerdo con lo Objetivos de Capacidades recientemente acordados con la OTAN, para nosotros el equilibrio significa destinar un dos por ciento de nuestro PIB a defensa y seguridad, mientras seguiremos invirtiendo en diplomacia, comercio, políticas de bienestar y ayuda al desarrollo”, advirtió. <h5><strong>La excepción para España</strong></h5> “Por supuesto, no es nuestra intención limitar las ambiciones de gasto de otros aliados ni obstruir los resultados de la próxima Cumbre”, aseguró Pedro Sánchez. “Es por ello que pido, sencillamente, que se incluya una fórmula más flexible en la declaración de este año, una fórmula que reconozca el camino de cada aliado para lograr sus respectivos objetivos de capacidad y haga que el objetivo de gasto sea opcional, o una fórmula que excluya a España de la aplicación del objetivo de gasto”, manifestó. “En el pasado se han hecho excepciones similares para otros aliados y hay muchas razones de peso para hacerlo así ahora. La fórmula que sugiero nos permitiría preservar el objetivo del cinco por ciento en la declaración para aquellos aliados que lo necesiten o quieran alcanzarlo”, concluyó.