España a las puertas de Europa: la política exterior en las elecciones de 1977

UCD pedía la participación de España en una “Europa unida”, el PSOE reclamaba la plena adhesión en la UE, el PCE se oponía “rotundamente” a la OTAN y AP pedía la “incorporación de España a la defensa occidental”

Principales carteles electorales en 1977.

Eduardo González

Este domingo se cumplen 48 años de la celebración de las primeras elecciones democráticas en España desde 1936, unos comicios que debían sentar las bases para poner fin al franquismo y recuperar el tren de la historia. 

Uno de los retos más importantes era la puesta en marcha de una política exterior que ayudara a recuperar la normalidad internacional y cuyos principales hitos fueron, en 1977, el restablecimiento de relaciones con México, Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y la URSS y la incorporación al Consejo de Europa.

UCD

La parte correspondiente a la política exterior del programa electoral de la Unión de Centro Democrático (UCD), la coalición liderada por Adolfo Suárez que se hizo con la victoria con el 34,4% de los votos y 166 escaños, comenzaba con una declaración de intenciones muy al uso por entonces: era necesario “un amplio consenso del que puedan participar todas las fuerzas políticas, revitalizando así la capacidad de acción exterior del Estado y situar a España en el entorno internacional al nivel de influencia que su tradición y capacidad justifican”.

Las prioridades internacionales de la UCD eran Occidente, Iberoamérica y el Mediterráneo. Curiosamente, el programa no hacía mención a un tema tan debatido en la época como la relación de España con la OTAN, pero sí se extendía sobre la necesidad de construir “una Europa unida”, en la que “España debe aceptar la responsabilidad que le corresponde de participar en la defensa de ese conjunto”.

PSOE

El PSOE, que quedó en segunda posición con el 29,3% de los votos y 118 escaños, presentaba, bajo el epígrafe Abrir España al mundo, un programa electoral cuyo objetivo principal era la superación de la política exterior del régimen de Franco, que había oscilado “entre la política estrechamente nacionalista y aislacionista y una entrega de hecho a la dominación extranjera de las grandes potencias y de las empresas multinacionales”.

El objetivo del partido liderado por Felipe González era mantener “relaciones con todos los Estados y pueblos sobre la base de igualdad y beneficio mutuo”. “En esta apertura de España al mundo, Europa juega un papel fundamental”, continuaba el PSOE, que propugnaba el ingreso del país en el Consejo de Europa y, “como miembro de pleno derecho, en las Comunidades Europeas (la actual UE)”.

Aparte, el partido se oponía a la firma de “cualquier tratado o alianza, bases o relaciones militares”, que no fueran aprobados por el Parlamento o mediante referéndum, y defendía “la definitiva descolonización de Gibraltar” en “un contexto democrático y de autonomías locales”.

PCE

El PCE, tercera formación con el 9,3% de los votos y 20 escaños (y legalizada apenas dos meses antes), basaba su programa electoral en el Manifiesto-Programa aprobado por el partido en septiembre de 1975 (poco antes de morir Franco). Las principales ideas eran la defensa de “una política de no alineamiento” que ayudara a superar “los bloques militares existentes”, la oposición “clara y rotunda” contra “el proyectado ingreso de nuestro país en la OTAN” y la consecución de “una España sin bases militares extranjeras”.

Asimismo, el partido de Santiago Carrillo apoyaba la integración de España en las Comunidades Europeas, defendía la recuperación de Gibraltar, que “es parte de España, y eso no es negociable”, y abogaba por la autodeterminación del Sáhara Occidental y el desarrollo de unas relaciones con América Latina “sin paternalismo trasnochado”.

AP

La cuarta posición en las elecciones, con el 8,2% y 16 escaños, fue para Alianza Popular (AP), antecedente del actual PP y fundada por antiguos dirigentes franquistas. En su Programa Común, AP defendía “una política exterior digna y prestigiosa para España que defina su propia identidad en el concierto de las naciones y vele por sus intereses en el complejo mundo actual”.

Con este fin, la coalición liderada por Manuel Fraga proponía “la incorporación a Europa y a la defensa occidental, la cooperación estrecha con los pueblos de origen hispánico, la participación activa y eficiente en las organizaciones internacionales, y la agilización de nuestras representaciones en el exterior”, además de mantener “permanentemente la reivindicación de Gibraltar”.

 

 

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