<h6><strong>Eduardo González/Ane Barcos</strong></h6> <h4><strong>El Palacio Real de Madrid acogió este jueves el acto institucional de conmemoración del 40 aniversario de la firma del Tratado de Adhesión a la UE, una ceremonia al más alto nivel que se vio condicionada por el informe de la UCO que ha provocado la dimisión del número tres del PSOE, Santos Cerdán, y que ha obligado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pedir “perdón a la ciudadanía” y a anunciar una auditoría externa en el partido.</strong></h4> De entrada, tenga o no relación con la noticia sobre el PSOE, el acto no contó con la presencia de los dos representantes vivos más relevantes de aquel acontecimiento: el entonces presidente del Gobierno, Felipe González (también del PSOE), y el Rey Emérito, Juan Carlos I. Tampoco asistieron los expresidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz (procesado esta misma semana), la presidenta de la Comunidad Autónoma, Isabel Díaz Ayuso, ni los ministros de Sumar (la vicepresidenta, Yolanda Díaz, se encontraba en Ginebra, pero los ministros de Sanidad y Cultura, Mónica García y Ernest Urtasun estaban anunciados). Tampoco asistió el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Fuentes del partido declararon a la agencia Europa Press que su “respaldo a la Corona es innegable”, pero que, “en este clima de degradación institucional por culpa de Pedro Sánchez, el PSOE y su Ejecutivo”, no podían “participar de festejos con el presidente del Gobierno”. Por parte del PP, sólo estuvo el presidente del Senado, Pedro Rollán, cuarta autoridad del Estado por detrás del Rey, el presidente del Gobierno y la presidenta del Congreso. Por parte de la UE, estaba prevista la presencia de las presidentas de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo, Ursula von der Leyen y Roberta Metsola, respectivamente, pero finalmente solo acudió el presidente del Consejo Europeo, António Costa. <h5><strong>Pedro Sánchez </strong></h5> Durante el acto, Pedro Sánchez destacó la evolución de España en estas cuatro décadas. “Durante estos últimos 40 años, los españoles y las españolas hemos vivido el mejor momento de nuestra historia, sin ningún tipo de duda”, declaró. En estas décadas, aseguró, el país ha logrado duplicar su PIB per cápita, reducir a la mitad la tasa de desempleo, aumentar la esperanza de vida en once años y mitigar la pobreza y la desigualdad. Todo ello ha permitido construir “un Estado de bienestar de primera”. También defendió que España ha “pasado de ser una democracia joven y frágil a una plena”, aunque con “carencias, sin duda alguna, como todas, con problemas aún pendientes”. No obstante, destacó que se han alcanzado “niveles de representatividad y transparencia iguales o superiores a muchas otras democracias” que hace cuatro décadas se observaban con admiración. En este proceso de modernización, la Unión Europea ha jugado, según Sánchez, un papel clave, brindando apoyo financiero y generando oportunidades en ámbitos como la educación, la ciencia, la cultura y la innovación. Sin embargo, el presidente quiso remarcar también la contribución de España al proyecto común: “España nunca ha dudado del proyecto europeo, ni siquiera en los peores momentos”, aseguró, reivindicando que el país ha estado “a la vanguardia de todos esos Estados miembros que hemos trabajado para hacer avanzar a Europa”. Entre las aportaciones de España a la Unión, Sánchez destacó su implicación en el diseño de las políticas de cohesión, la integración del mercado único, la ampliación de la Unión y del espacio Schengen, así como su impulso a nuevos instrumentos comunitarios. “España ha dejado de ser uno de los vagones de cola del progreso europeo para convertirse en una de sus principales locomotoras”, afirmó. En este sentido, recordó que el país generó el 50 % del crecimiento económico y el 30 % del nuevo empleo en la eurozona durante el último año. En el ámbito social, el presidente resaltó logros como la promoción de la ciudadanía europea, la eliminación del roaming, la tarjeta sanitaria común o las políticas europeas de vivienda. También tuvo un reconocimiento especial para Manuel Marín, a quien atribuyó un papel esencial en la construcción europea. Sánchez defendió asimismo una Europa abierta al mundo, con España actuando como “puente geográfico del sur” y como nexo con América Latina, el Caribe, África y Norteamérica. “Europa surgió de las cenizas de la guerra como una promesa de paz”, recordó, y pidió no ser indiferentes ante conflictos como los de Gaza o Ucrania: “No podemos enterrar la dignidad europea bajo los escombros de Gaza”, advirtió. No obstante, alertó sobre los discursos nacionalistas que cuestionan el proyecto europeo: “Algunos invocan lo opuesto, que el problema es Europa y que la solución es una mera suma de naciones supuestamente soberanas. Pero en este mundo de gigantes, esa visión es absolutamente errónea. Es un inmenso error”. Concluyó su intervención subrayando que “ahora somos nosotros los que tenemos que contribuir a fortalecer, transformar y hacer avanzar a Europa a mejor. Un cambio que solo es posible con más Europa”. <h5><strong>El Rey</strong></h5> En el cierre del acto, el Rey Felipe VI pronunció unas palabras en las que evocó con emoción el 12 de junio de 1985, una jornada marcada por el contraste entre “el dolor del terrorismo segando vidas” y “una voluntad firme de avanzar en lo que representaba un futuro real para España”. Asimismo, subrayó que la firma del tratado, que tuvo lugar en el mismo Salón de Columnas del Palacio Real donde se celebró el acto de este jueves, puso fin a “un ciclo histórico que nos había alejado y aislado durante demasiado tiempo de una Europa a la que, por geografía, por historia y por voluntad, pertenecemos”. El monarca rememoró cómo vivió personalmente esa etapa fundacional de la integración europea durante su juventud. “Yo acababa de terminar el bachillerato, tenía 17 años y en septiembre empezaba mi formación militar. Recuerdo bien esa sensación compartida de estar ante algo grande, con una mezcla de nervios, esperanza y ganas de empezar”. Enfatizó que su generación fue la primera en alcanzar la mayoría de edad en una España plenamente democrática y en proceso de integración europea. “Hemos tenido la fortuna de vivir toda nuestra edad adulta en el sueño hecho realidad que varias generaciones de españoles anhelaron cumplir, pero no pudieron ver materializado”. Felipe VI expresó su gratitud a quienes hicieron posible ese legado: “Nuestros abuelos imaginaron esa realidad, nuestros padres culminaron un esfuerzo que llevó a buen puerto la restauración de las libertades y la democracia, y también la integración en Europa. A todos ellos se lo agradecemos de corazón”. Animó a mirar al futuro sin dar por sentados los logros alcanzados: “El verdadero desafío ahora es llegar aún más lejos, involucrar a quienes ya han nacido en un escenario consolidado. No deben darlo por sentado ni como algo irreversible”. Llamó a los jóvenes a apropiarse del proyecto europeo, no por nostalgia o inercia, sino “por la convicción profunda de que el proyecto europeo merece ser defendido, reivindicado, cuidado y renovado”. El Rey advirtió que “la libertad y la democracia no son conquistas garantizadas. Se defienden cada día en una construcción colectiva que solo perdurará si continúa siendo una obra viva. No lo tienen fácil, me atrevo a afirmar, pero lo que está en juego es demasiado valioso”. “Nuestro vínculo con Europa se forjó en el anhelo de la libertad, de democracia; y se consolidó en el avance de la cohesión social y convergencia económica hacia una prosperidad compartida”, prosiguió. “No permitamos, pues, que sean ahora las divisiones y los conflictos los que debiliten precisamente aquello que nació para superarlos y que ha sido la mayor garantía de paz, libertad y prosperidad de nuestra historia”, concluyó <h5><strong>António Costa</strong></h5> Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, afirmó en el acto que “la adhesión de España no fue solo un paso económico, fue un acto profundamente político”. “Más que un mercado, lo que España aportó fue más democracia”, subrayó. El exprimer ministro portugués enmarcó la entrada simultánea de España y Portugal en la entonces Comunidad Económica Europea como un momento decisivo de convergencia democrática. “Ambos países escribieron juntos el capítulo más brillante de su historia reciente, abrazando una Europa democrática con convicción y entusiasmo”, señaló. El presidente del Consejo Europeo destacó además la transformación profunda de España en estas cuatro décadas, subrayando su evolución hacia una economía abierta, innovadora y plenamente integrada en el entorno europeo. “La economía española creció un 123 % gracias a la apertura de su mercado al espacio europeo”, afirmó, añadiendo que el país ha desarrollado “una ciudadanía altamente cualificada y empresas líderes a nivel global”. Asimismo, elogió el compromiso activo de España en la construcción del proyecto común. “España ha estado en la vanguardia y se ha convertido en un referente en el progreso de los derechos y libertades, y en la lucha por la igualdad”, dijo. Entre las contribuciones españolas a la integración europea, citó la ciudadanía europea, el programa Erasmus y la cohesión territorial como ejemplos de iniciativas hoy plenamente consolidadas.