<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Rey Felipe VI presidió este martes, en la Escuela Diplomática en Madrid, el acto de entrega de los despachos de secretario de Embajada a la LXXVI Promoción de la Carrera Diplomática, ante quienes destacó la importancia de su labor “en un tiempo en que todo, hasta el propio orden mundial basado en normas, parece estar en tránsito hacia nuevas realidades geopolíticas”.</strong></h4> Don Felipe, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; el subsecretario de Asuntos Exteriores, Xavier Martí; y la embajadora-directora de la Escuela Diplomática, Cecilia Robles, entregó los Despachos a los nuevos funcionarios de la Carrera Diplomática. Durante el acto, y tras las intervenciones de Cecilia Robles y de Albares, el director adjunto de la Escuela Diplomática procedió a la lectura de los nombres de los veintiocho nuevos secretarios de embajada, a quienes se les hizo entrega de los Despachos. María de Lossada, número uno de la promoción, dirigió unas palabras a los asistentes. A continuación, el Rey, en sus palabras felicitó a los recién nombrados secretarios de Embajada y destacó que, de su labor, “dependerá nuestra imagen y nuestra palabra, nuestra presencia en el mundo, y el vínculo con España de tantos españoles en el exterior”. “Habéis elegido trabajar en un ámbito como la política exterior y en un tiempo en que todo, hasta el propio orden mundial basado en normas, parece estar en tránsito hacia nuevas realidades geopolíticas”, afirmó. “En esta ‘mar confusa’, las balizas y los faros son más necesarios que nunca”, prosiguió. “Las hallaréis en nuestra Constitución y nuestro Ordenamiento Jurídico, en las instituciones en que se funda nuestra convivencia democrática. Las hallaréis también en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la Carta de las Naciones Unidas y en los tratados y convenios suscritos por España, así como en el Tratado de la UE, ese espacio de libertades y de cohesión social que los europeos hemos construido y es el más sofisticado fruto de la concordia en el ámbito internacional”, añadió. La Carrera Diplomática es un cuerpo de la Administración del Estado especializado en relaciones internacionales y adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, al que, por su preparación específica, le están encomendadas las funciones de naturaleza política, diplomáticas y consulares. Su tarea se divide, por tanto, en dos grandes ámbitos: el propiamente diplomático y el consular. El trabajo diplomático consiste en la representación de España en el exterior, las relaciones con otros países y la participación en foros multilaterales. Las funciones consulares consisten en la protección y asistencia a los ciudadanos españoles en el extranjero, en una amplia gama de situaciones: Registro Civil y notaría, legalización de documentos, asistencia a detenidos y presos, expedición de pasaportes y salvoconductos, o ayuda a ciudadanos afectados por situaciones de emergencia. También se incluyen en el ámbito consular las tareas relativas a la tramitación y expedición de visados para extranjeros que desean viajar a España por un corto período de tiempo, o para establecer su residencia en nuestro país. En la Escuela Diplomática, una institución pública dependiente de la Subsecretaría de Asuntos Exteriores, se desarrolla el proceso selectivo para el ingreso en la Carrera Diplomática y la formación principal de los funcionarios de la Carrera Diplomática mediante la impartición de los cursos y materias procedentes para una formación continua. Para llegar a este punto, los nuevos secretarios de Embajada han superado una oposición y un posterior curso selectivo en la Escuela Diplomática.