<h6><strong>Ane Barcos</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Consejo Europeo, António Costa, destacó este martes en Barcelona el papel de Cataluña en la estabilidad actual de España y su impulso al crecimiento económico europeo. “Cataluña ha vuelto y está contribuyendo activamente a la estabilidad y al crecimiento de España”, afirmó Costa, quien, como portugués e ibérico, expresó su satisfacción por ver a la región recuperar su liderazgo y subrayó la confianza que representa el regreso de grandes empresas a su territorio.</strong></h4> “España es uno de los países líderes en crecimiento económico, un auténtico motor para la economía de nuestro continente”, declaró durante su intervención en el Cercle d’Economia. En este contexto, elogió la aportación catalana en un momento que describió como un “punto de inflexión histórico”, marcado por la invasión rusa de Ucrania, la fragmentación global y las amenazas híbridas a la democracia y a las infraestructuras europeas. Según Costa, la región sigue siendo esencial para una Europa fuerte y unida, al afirmar que “la realidad inquebrantable que hoy es la Unión Europea necesita el concurso de Cataluña para seguir avanzando”. El expresidente portugués también celebró la visión estratégica del Gobierno español en materia de defensa, destacando como clave el anuncio del presidente Pedro Sánchez de elevar el gasto militar al 2% del PIB: “Es lo correcto, es el paso necesario”, aseguró. En un mundo más inseguro, afirmó, “la paz sin defensa es una ilusión”, y Europa debe prepararse no solo ante amenazas militares, sino también frente a desafíos híbridos y tecnológicos. Costa subrayó la necesidad de reforzar la competitividad económica de Europa, especialmente mediante la inversión en innovación, infraestructuras, cadenas de suministro y empleo de calidad. Advirtió sobre el deterioro del orden económico global, donde los aranceles vuelven a utilizarse como armas geopolíticas. Frente a ello, defendió el enfoque europeo de apertura y cooperación: “No debemos responder al proteccionismo con más proteccionismo. Debemos mantenernos unidos para encontrar soluciones mediante el diálogo”. Como ejemplo, citó el éxito del acuerdo comercial con Canadá (CETA), que ha incrementado en un 26% las exportaciones europeas a ese país. Animó a avanzar con pactos similares, en especial con Mercosur, India, México y el sudeste asiático, resaltando que “el comercio es una poderosa herramienta para construir nuestra competitividad y reforzar nuestro sistema multilateral”. De cara al futuro, Costa enfatizó el aprovechamiento del potencial interno de Europa para fortalecerse, desde la reducción de la burocracia hasta la seguridad energética. Mencionó el éxito de la «solución ibérica» para contener los precios de la electricidad, y abogó por “una energía barata, limpia y segura” para ciudadanos y empresas. También insistió en la importancia de movilizar inversión privada mediante una auténtica unión de capitales que impulse la innovación y la productividad. António Costa volvió a referirse a Cataluña como un activo esencial de la economía europea, señalando que “Cataluña reúne grandes activos: una fuerte base industrial, un entorno innovador sólido y una sociedad civil vibrante y europeísta”. Como ejemplos del potencial catalán, mencionó sus visitas a la fábrica de SEAT y al Barcelona Supercomputing Center. “Quizá la Unión Europea sea un poco como la Sagrada Familia: un proyecto enorme, descabellado, idealista, de dimensiones históricas, con una arquitectura tremendamente compleja y, de alguna forma, perpetuamente inacabado. Pero que avanza siempre con determinación, guiado por una visión audaz y ambiciosa del futuro”, concluyó.