ADE elogia el nuevo Estatuto de la Carrera Diplomática de Portugal y reclama lo mismo para España

Alberto Virella.

Eduardo González

La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) ha felicitado a sus homólogos de Portugal por la aprobación del nuevo Estatuto de la Carrera Diplomática de su país y ha lamentado que, “en el caso de España, nos encontramos todavía lejos de lograr esas condiciones”.

“Hemos leído con gran interés el recientemente aprobado Decreto Ley de su Gobierno, relativo al nuevo Estatuto de la Carrera Diplomática de su país (cuyo equivalente en España sería el Reglamento de la Carrera diplomática)”, escribe Alberto Virella, en una carta abierta remitida el pasado martes, 29 de abril, al presidente de la Asociación Sindical de los Diplomáticos Portugueses (ASDP), Joáo Bezerra da Silva.

“Desde el sincero aprecio hacia los colegas portugueses, ha sido con alegría que hemos comprobado las conquistas profesionales, sociales y, también, respecto a la unidad familiar que quedan reflejadas en él”, prosigue la carta. “Muchas de ellas sitúan a la Carrera diplomática portuguesa más próxima al trato que recibe la gran mayoría de los servicios diplomáticos de los demás países de nuestro entorno y, en particular, de la Unión Europea, incluido el Servicio Europeo de Acción Exterior, que todos contribuimos a sufragar”, añade

“Somos conscientes de que para los diplomáticos portugueses se trata de un primer paso para dignificar la Carrera diplomática de su país, siendo aún necesario el desarrollo reglamentario de algunas de las dimensiones del nuevo Estatuto, así como hacer efectiva la actualización, tras más de 30 años, de los complementos salariales a los diplomáticos en el exterior”, escribe Virella.

“En el caso de España, nos encontramos todavía lejos de lograr esas condiciones”, asegura el presidente de la ADE. “A día de hoy sigue parcialmente vigente una regulación de 1955, es decir, de esa época en que nuestros países sufrían sendas dictaduras”, lamenta. “Por ello valoramos especialmente que hayan conseguido reivindicaciones que nosotros aspiramos a lograr en el caso de España”, afirma Alberto Virella.

Entre estas reivindicaciones, el presidente afirma que el Estado debe garantizar el derecho a la educación de los hijos de los funcionarios diplomáticos, “a pesar de los numerosos cambios de país y de centro educativo”, y el pago de los billetes de viaje anuales “para los funcionarios y personas dependientes de modo que puedan, al menos una vez al año, mantener el arraigo con su país de origen (o dos veces, en el caso de determinados países de destino)”.

Cónyuges y parejas

Virella también reivindica “medidas de apoyo a los cónyuges y parejas de hecho, que sacrifican sus vidas profesionales por acompañarnos por el mundo”. Respecto a este último punto, el presidente de ADE destaca “la clara referencia que realiza la norma portuguesa al ‘apoyo que los cónyuges y parejas pueden aportar a la representación del Estado’, pues de hecho así es, en muchas ocasiones”.

“Además, les concede el derecho a un puesto de trabajo en las unidades del servicio exterior de la localidad donde ha sido destinado el funcionario”, prosigue. “En el caso de que interrumpan su actividad profesional, el Ministerio de Asuntos Exteriores portugués paga sus cotizaciones a la Seguridad Social, a efectos de sus futuras pensiones y también pueden solicitar un permiso sin sueldo para acompañar al diplomático, sin que ello interrumpa el cómputo de la antigüedad en su carrera profesional en la Administración”, concluye.

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