<h6><strong>Ane Barcos</strong></h6> <h4><strong>La Comisión Europea, que recomienda a los Estados miembros alcanzar un nivel de interconexión eléctrica del 15 %, no solo había advertido del riesgo de ineficiencia de mercado derivado de la baja conectividad, sino también de que la falta de refuerzo en las infraestructuras de interconexión podría comprometer gravemente la seguridad de suministro en la Península Ibérica, aumentando el riesgo de crisis eléctricas como la que desembocó en el apagón.</strong></h4> Tras el apagón sin precedentes registrado el pasado lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó que la interconexión eléctrica de España con el resto de Europa se sitúa en apenas un 3 %, una cifra que se aleja considerablemente del objetivo del 10 % que la Comisión Europea había fijado para 2020 como del objetivo del 15 % establecido para 2030, que busca garantizar que al menos esa proporción de la capacidad eléctrica pueda importarse o exportarse en caso de necesidad. La Unión Europea ha señalado reiteradamente que la escasa interconexión de España y Portugal, que apenas alcanza el 2-3 %, convierte a la Península en una auténtica «isla energética». Esta débil conexión limita la capacidad de España para importar electricidad en situaciones de emergencia, como quedó de manifiesto durante el apagón del lunes. Según explicó el lunes el Ejecutivo, una pérdida súbita de 15 gigavatios de generación eléctrica, equivalente al 60 % de la demanda nacional en ese momento, dejó al país sin posibilidad de compensar rápidamente la caída mediante importaciones desde países vecinos. Aunque Francia colaboró activamente en la restauración del suministro tras el apagón, las limitaciones de capacidad y la desconexión temporal de la red ibérica del sistema eléctrico europeo dificultaron que España pudiera estabilizar su sistema de forma inmediata. La Unión Europea llevaba años insistiendo en la necesidad de reforzar las interconexiones eléctricas entre los Estados miembros, y reiteró este mensaje tras el apagón. El Ejecutivo comunitario subrayó de nuevo la importancia de mejorar la interconexión eléctrica de la Península Ibérica con el resto de Europa, en particular con Francia. Aunque las causas exactas del apagón aún están siendo investigadas, Bruselas recordó que una mayor integración energética es fundamental para fortalecer la seguridad de suministro en la región. “Una Unión Energética más integrada y más conectada es, sin lugar a dudas, algo que fortalecería nuestra seguridad de suministro, tanto para la electricidad como para el gas. Este principio es válido independientemente de lo que haya sido la causa del apagón en la Península Ibérica”, apuntó la portavoz del Ejecutivo comunitario, Pula Pinho. En este sentido, añadió que “este incidente pone de relieve, una vez más, la necesidad urgente de seguir avanzando en más interconexiones, sobre todo con países como Francia, para evitar situaciones similares en el futuro”. Desde Bruselas se había advertido que disponer de más interconexiones no era solo una cuestión de eficiencia de mercado, sino un elemento esencial para garantizar la seguridad de suministro ante eventos extraordinarios. El principio era claro: si un país sufre una caída repentina de generación, debe poder apoyarse de manera inmediata en la electricidad de sus vecinos para mantener la estabilidad de su red. España, sin embargo, continúa funcionando como un «sistema eléctrico casi aislado» dentro del mercado interior europeo, una fragilidad que quedó expuesta durante el incidente del lunes. En respuesta a estas carencias estructurales, España había diseñado el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026. Este plan incluía actuaciones como el refuerzo de las interconexiones con Francia mediante el proyecto del Golfo de Vizcaya, el fortalecimiento de la conexión norte con Portugal y el refuerzo de la interconexión con Marruecos. Todos estos proyectos han sido considerados prioritarios por la Comisión Europea y forman parte de los Proyectos de Interés Común para la integración energética continental. El objetivo del plan es mejorar progresivamente la capacidad de intercambio, avanzar hacia el cumplimiento del objetivo europeo del 15 % para 2030 y preparar la red para la integración masiva de energías renovables. Sin embargo, aunque el plan avanza en la dirección adecuada, las mejoras previstas hasta 2026 no son suficientes por sí solas para alcanzar plenamente el objetivo del 15 %.