Con motivo del estreno de su película El Último suspiro, el Instituto Francés de Madrid rinde homenaje a Costa-Gavras con una retrospectiva especial de cuatro de sus películas emblemáticas. El próximo lunes 21 de abril a las 19.30 horas dará comienzo esta retrospectiva seguida de la proyección de la película Z, thriller ganador de dos premios Oscar: Mejor montaje y Mejor película extranjera en 1970. Las entradas se pueden adquirir en este enlace.
Con guión del propio Costa-Gavras y Jorge Semprún, la película está interpretada por Yves Montand, Jean-Louis Trintignant e Irène Papas.
En un país regido por una corrupta democracia, donde el gobierno utiliza a la Policía y al Ejército para erradicar cualquier amenaza izquierdista, un diputado de la oposición es asesinado en plena calle cuando acababa de presidir un mitin de carácter pacifista. De la investigación del caso se encarga un joven magistrado, consciente de que se trata de un crimen político cometido por dos sicarios a sueldo. Al mismo tiempo, un ambicioso periodista se servirá de métodos poco ortodoxos para acumular pruebas que inculpen a varios militantes de un partido de extrema derecha, los cuales, a su vez, atribuyen la responsabilidad del atentado a altos cargos de la policía y del ejército.
Gran cineasta político desde Z (1969), Costa-Gavras nunca ha dejado de explorar las zonas grises de nuestras sociedades. Ya sea imaginando la desaparición de un periodista estadounidense en Chile en Missing (1982), el ascenso del fascismo en Music Box (1989) o la deshumanización del mundo laboral en Arcadia (2005), sus películas combinan lo íntimo y lo político.
A lo largo de su carrera, Costa-Gavras ha explorado diversos géneros manteniendo su compromiso con el cine como reflexión social y política, y ha jugado un papel importante en la preservación del patrimonio cinematográfico como presidente de la Cinémathèque Française.
En marzo, recibió un César de Honor de manos de la actriz Karin Viard, quien lo describió como “un hombre que nunca ha tenido miedo de desafiar a los poderosos. Cuando trabajas con él, es un amigo que te acoge a su mesa”, declaró. Concluyó su homenaje diciendo: “Gracias Costa por demostrar que se puede hacer cine con fervor, espíritu e impacto. A veces basta una película para cambiar el mundo”.