Eduardo González
El hasta ahora cónsul general de Georgia en Barcelona, Aleksandre Chkuaseli, ha sido nombrado embajador de su país en Madrid, donde este mismo lunes presentó las Copias de Estilo de sus Cartas en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Aleksander Chkuaseli, de 45 años y cuyo nombramiento fue anunciado el pasado 3 de abril, ha ocupado diversos cargos en el Ministerio georgiano de Asuntos Exteriores desde 2003, como jefe de División para Delegaciones de Alto Rango en el Departamento de Protocolo Diplomático (20162021) y director del Departamento de Prensa e Información de la Dirección General de Información y Relaciones Públicas (2021)
Desde 2021 y hasta actualidad ejercía el cargo de cónsul general de Georgia en Barcelona, desde donde cubría las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares.
Georgia y España establecieron relaciones diplomáticas en 1992 y Georgia tiene Embajada en Madrid desde 2005 y un Consulado General en Barcelona desde 2021. El anterior embajador de Georgia en España, Ilia Giorgadze, finalizó su misión en febrero de 2024, después de casi seis años en el puesto, en el que sustituyó al actual secretario general de ONU Turismo, Zurab Pololikashvili.
En cambio, España carece de Embajada residente en Tiflis a pesar del compromiso de varios ministros de Asuntos Exteriores de abrir una representación en el país. En junio de 2019, el Gobierno abrió una oficina diplomática en Georgia y, desde entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha prometido reiteradamente que se convertiría en Embajada.
En 2015, España destacó en Tiflis a un diplomático permanente que asume las funciones de encargado de negocios ‘ad interim’ dependiente de la Embajada de España en Turquía, desde donde se ejerce la representación en régimen de acreditación múltiple. Además, existe un cónsul honorario de España en Georgia.
Aleksander Chkuaseli llega a la Embajada en Madrid en un momento delicado para las relaciones diplomáticas de su país con España y el conjunto de la Unión Europea. El pasado mes de octubre, el Gobierno español pidió a las autoridades de Georgia que explicasen las “irregularidades detectadas” en las elecciones legislativas, tras las conclusiones de la misión de observación de la OSCE en las que se denunciaban amenazas, acoso y violencia en favor del partido gobernante, Sueño Georgiano, durante la jornada electoral.
La propia presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, rechazó los resultados, que otorgan el 54% de los votos al partido prorruso Sueño Georgiano, y llamó a la ciudadanía a salir a las calles en protesta, advirtiendo que estas elecciones “legitimarían el control de Rusia sobre el país”.
En julio de 2024, Bruselas suspendió indefinidamente el proceso de adhesión de Georgia, país candidato desde diciembre de 2022. En el último Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, celebrado el pasado 24 de febrero, la alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, denunció “la adopción de legislación represiva y el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes” y advirtió de que estas medidas “no acercan a Georgia a Europa”.