Hasta el próximo 11 de mayo, Casa Asia y el Real Jardín Botánico-CSIC, con la colaboración de la Fundación ACS y ATT Técnicos de Teatro, presentan en el Pabellón Villanueva del Jardín (Plaza de Murillo, 2) el proyecto expositivo La cultura del paisaje: La montaña, el árbol y el río. Derivas del paisaje natural y urbano contemporáneo, entre la utopía y la distopía.
La muestra reúne por primera vez obras de 25 artistas asiáticos y españoles contemporáneos, que tienen como nexo común su interpretación personal del paisaje, expresada en esta exposición a través de cinco formatos: dibujo, pintura, fotografía, vídeo e instalación.
Este proyecto expositivo propone un recorrido por la representación del paisaje en el arte contemporáneo con una propuesta que va más allá del mero consumo de las imágenes. La muestra plantea preguntas esenciales sobre la relación del ser humano con el entorno y la participación responsable en la preservación del planeta.
Para Menene Gras Balaguer, comisaria de la exposición, “el proyecto arranca del interés que suscita el paisaje en el arte contemporáneo globalmente y, respectivamente, en la mundialización de un fenómeno que hace del paisaje el objeto de un discurso artístico y estético que no es ajeno al cambio climático ni a la necesidad de corregir el impacto de la acción del hombre”. Como concluye la comisaria: “La naturaleza no es solo un fondo sobre el que transcurren nuestras vidas. Es nuestra casa, nuestro origen y nuestro destino”. En este sentido, la exposición no sólo reúne imágenes para el consumo, sino que “es una invitación para pensar en nuestro papel en la conservación del mundo que habitamos”.
Este proyecto explora las distintas formas de representación del paisaje, abarcando tanto entornos naturales como urbanos. No se trata solo de imágenes para la contemplación estética, sino de una reflexión sobre nuestra relación con el entorno y el impacto de la huella humana en el territorio. En el arte contemporáneo el paisaje no consiste únicamente en una representación visual de entornos específicos, sino en un conjunto de estrategias discursivas que cuestionan la existencia individual en tanto que hecho social indisociable de la identidad del territorio que ocupa. Como señala Gras Balaguer: “El paisaje es inseparable de nuestra existencia; su destrucción es también la nuestra”.