<h6><strong>Ane Barcos</strong></h6> <h4><strong>Un día después de la presentación del Libro Blanco sobre Defensa y las primeras propuestas del plan para rearmar Europa, el debate sobre defensa entre los 27 concluyó con unas conclusiones concisas que destacaron la urgencia de reforzar la preparación militar de Europa en los próximos cinco años. Las diferencias sobre financiación y el término «rearme» marcaron la jornada, junto con la oposición de Hungría al apoyo a Ucrania, que volvió a impedir alcanzar una posición unificada.</strong></h4> Bruselas detalló este miércoles sus propuestas para fortalecer las capacidades militares europeas mediante nuevos instrumentos financieros que permitan a los Estados miembros aumentar significativamente su gasto en defensa, abriendo paso a que los jefes de Estado y de Gobierno retomaran, durante la Cumbre Europea de este jueves, el debate sobre defensa impulsado en la cumbre extraordinaria del pasado 6 de marzo. A pesar de la magnitud de la iniciativa, las conclusiones sobre defensa solo incluyeron tres puntos. En ellos, el Consejo Europeo instó a acelerar los trabajos en todas las áreas para reforzar decisivamente la preparación en defensa de Europa en los próximos cinco años. <h5><strong>Diferencias en torno al concepto de “rearme” y la financiación del plan</strong></h5> El plan impulsado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha generado matices y reservas entre los líderes europeos. Uno de los puntos de fricción fue el uso del término “rearme”, que algunos consideran inadecuado. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, rechazó explícitamente esta denominación: “No me gusta en absoluto, no comparto ese término”. En su opinión, la UE debe explicar la necesidad de fortalecer sus capacidades de defensa con un lenguaje distinto, más cercano a la ciudadanía. En la misma línea, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, calificó el término de “engañoso” y subrayó que el objetivo no es comprar más armas, sino aumentar la producción y mejorar la infraestructura de defensa. No obstante, Meloni fue más allá en sus críticas al plan Rearmar Europa, cuestionando su enfoque basado en el endeudamiento y su falta de integración con la OTAN, lo que, según ella, podría ir en contra de los intereses nacionales de Italia. Defendió, en cambio, una estrategia de defensa que combine disciplina fiscal con una estrecha colaboración transatlántica. Pero las diferencias no se limitan a la terminología. El debate sobre la financiación del refuerzo de la defensa también dividió a los Estados miembros. Países como España, Italia, Grecia y Polonia abogan por complementar los préstamos con subvenciones, argumentando que los préstamos, al ser reembolsados individualmente por los países que los soliciten, podrían incrementar las desigualdades dentro del bloque, mientras que las subvenciones, financiadas colectivamente, aliviarían la carga de los estados con menos margen fiscal. Mientras tanto, el primer ministro holandés, Dick Schoof, resaltó la importancia de preservar una deuda sostenible y estabilidad financiera, reiterando la oposición de su país a los eurobonos. «No es nada nuevo, es lo que hemos mantenido consistentemente», subrayó Schoof. <h5><strong>Hungría vuelve a vetar las conclusiones sobre Ucrania y el plan Kallas no sale adelante</strong></h5> El apoyo a Ucrania volvió a protagonizar parte del debate, pero no logró una unanimidad completa. Mientras 26 Estados miembros respaldaron las conclusiones sobre el apoyo a Kiev, Hungría volvió a desmarcarse. El presidente del Consejo, António Costa, trató de minimizar el impacto del desacuerdo, señalando que “tenemos que respetar las diferencias” sin “quedar bloqueados porque Hungría piense de una manera distinta”. “Hace dos semanas aprobamos conclusiones muy claras sobre Ucrania, y hoy hemos seguido el mismo método para mantenernos unidos, respetando las discrepancias”, agregó el portugués. En cuanto al apoyo a Kiev, también estaba sobre la mesa la propuesta de la Alta Representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, de movilizar hasta 40.000 millones de euros en nuevo apoyo militar a Ucrania. Consciente de la dificultad de alcanzar el ambicioso objetivo financiero inicial, la jefa de la diplomacia europea defendió que el respaldo político a Ucrania sigue firme, pero que ahora debe traducirse en acciones concretas. Reconoció que las preocupaciones sobre los déficits nacionales complican los compromisos financieros y enfatizó que, aunque un acuerdo a largo plazo parece difícil, “al menos deberían tomarse decisiones inmediatas para cubrir necesidades urgentes, como la provisión de munición”. Esta fue precisamente la petición del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su intervención por videollamada ante los líderes europeos: “Necesitamos fondos para proyectiles y agradeceríamos el apoyo de Europa con al menos 5.000 millones de euros lo antes posible”. <h5><strong>Una Europa Competitiva será una Europa más fuerte</strong></h5> Más allá de la defensa y el apoyo a Ucrania, la competitividad económica fue otro eje central de la jornada. Los líderes coincidieron en que reforzar la competitividad es clave para la prosperidad y estabilidad del modelo social europeo. Para ello, acordaron acelerar la agenda económica con medidas en tres ámbitos prioritarios. Por un lado, se fijó el objetivo de reducir al menos un 25 % la carga administrativa en la UE, y hasta un 35 % en el caso de las pymes. También se reafirmó el compromiso con la soberanía energética y la transición climática, dando la bienvenida al Plan de Acción para una Energía Asequible presentado por la Comisión. El Consejo subrayó la urgencia de completar la Unión de los Mercados de Capitales y la Unión Bancaria para canalizar cientos de miles de millones de euros en inversiones estratégicas. Los líderes concluyeron que una Europa más competitiva será una Europa más fuerte, capaz de proteger mejor a sus ciudadanos y de mantener su peso en el escenario global. Para octubre de 2025, está previsto que el Consejo Europeo haga una evaluación de los avances logrados en estos ámbitos.