<h6><strong>Ane Barcos</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha expresado este jueves en Bruselas, a su llegada al Consejo Europeo de marzo, sus reservas con el término “rearme” a la hora de abordar el Libro Blanco para la Defensa y la iniciativa, precisamente denominada ReArm Europe, de la Comisión Europea.</strong></h4> “No me gusta en absoluto, no comparto ese término”, declaró el presidente del Gobierno. En su opinión, es necesario “hablar de otra manera” y dirigirse a los ciudadanos con un lenguaje diferente al abordar la necesidad de fortalecer las capacidades de defensa europeas. Sánchez hizo estas declaraciones a su llegada a la Cumbre europea de marzo, en cuya agenda figuran, además de la defensa, el próximo marco financiero plurianual (MFP), la migración, los acontecimientos más recientes en Oriente Medio, el multilateralismo y otros asuntos globales. Además, en los márgenes de la reunión se celebrará una cumbre del Euro en formato inclusivo. Por otro lado, Sánchez subrayó la importancia de que Europa refuerce su compromiso con el multilateralismo en un momento en el que “grandes potencias están abandonando el orden multilateral y acuerdos como el Acuerdo de París o la propia Organización Mundial de la Salud”. En este sentido, condenó “con la mayor de las contundencias” las violaciones del Derecho Internacional Humanitario en Gaza, que, según él, están siendo “absolutamente atropelladas y pisoteadas”. Asimismo, destacó la relevancia de la participación en la cumbre del secretario general de la ONU, António Guterres, afirmando que es fundamental que la UE “dé una señal inequívoca de su compromiso con la defensa del orden multilateral”. Sánchez insistió también en que Europa debe desempeñar un papel más activo en la búsqueda de la paz en Ucrania, afirmando que “Europa tiene que estar en la mesa”. Apoyó así la propuesta del presidente de Finlandia de crear un equipo de negociación con un representante que hable en nombre de los europeos, asegurando que la UE “debe dar un paso al frente para participar en las negociaciones de paz”. Sánchez identificó el principal reto de la UE: “El desafío principal que enfrenta ahora Europa es el de crecer hacia adentro y abrirse aún más hacia afuera”, destacando la importancia de potenciar el mercado único y de que Europa participe “de manera activa y constructiva en el orden multilateral y en los debates globales”. <h5><strong>Kaja Kallas</strong></h5> Por su parte, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, subrayó la relevancia del debate sobre Ucrania y expresó su interés en escuchar al presidente Volodímir Zelenski, en particular sobre su reciente conversación con el expresidente estadounidense Donald Trump. La jefa de la diplomacia europea acogió con satisfacción el anuncio de Trump sobre la búsqueda de defensas antiaéreas adicionales para Ucrania, calificándolo de “extremadamente importante”. Asimismo, insistió en la necesidad de que la UE haga más, no solo con palabras sino con acciones concretas, porque “cuanto más fuerte sea Ucrania en el campo de batalla, más fuerte será en la mesa de negociaciones”. Respecto a la dificultad de alcanzar la meta de 40.000 millones de euros para reforzar a Ucrania, propuesta inicialmente, Kallas defendió que el respaldo sigue existiendo entre los líderes europeos, pero que debe traducirse en acciones concretas. Reconoció que las preocupaciones sobre los déficits presupuestarios nacionales dificultan los compromisos financieros, aunque la iniciativa ReArm Europe contempla reglas para flexibilizar las normas fiscales y facilitar el gasto en defensa. Kallas enfatizó que, si no es posible acordar un plan financiero a largo plazo, al menos deberían tomarse decisiones inmediatas sobre necesidades urgentes, como la provisión de munición. En este sentido, reiteró que el plan más realista y alcanzable en este momento es asegurar los 5.000 millones de euros para munición, y afirmó que se está trabajando activamente para lograrlo. Además, destacó que la competitividad económica de la UE está directamente relacionada con su capacidad de inversión en defensa y apoyo a Ucrania, por lo que esta será una discusión clave en la cumbre. También mencionó la presentación del Libro Blanco de Defensa y la necesidad de debatir las medidas concretas a tomar en conjunto, tras la discusión de opciones de financiación en la última cumbre de hace dos semanas. Cuando se le preguntó sobre las declaraciones del comisario de Defensa, Andrius Kubilius, en las que advirtió de que Rusia podría atacar a un país de la OTAN o de la UE antes de 2030, Kallas respondió que todo depende de lo que haga Europa. Argumentó que invertir en defensa y reforzar capacidades militares sirve como elemento disuasorio, mientras que la debilidad podría incentivar la agresión. <h5><strong>Justo a tiempo</strong></h5> Tal como prometió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la Cumbre Europea extraordinaria del 6 de marzo, las primeras propuestas detalladas del plan para rearmar Europa llegaron justo a tiempo para la reunión de líderes. “Si Europa quiere paz, debe estar preparada para la guerra”. Con esta premisa, Bruselas presentó este miércoles el prometido Libro Blanco para la Defensa Europea – Readiness 2030 y el Plan ReArm Europe, como parte de una estrategia integral para garantizar una mayor coordinación entre los Estados miembros y la creación de un mercado unificado de defensa. El plan incluye el establecimiento del instrumento Security Action for Europe (SAFE), un mecanismo financiero que permitirá a los Estados miembros acceder a préstamos por un total de 150.000 millones de euros, respaldados por el presupuesto de la UE. Estos préstamos facilitarán la compra conjunta de equipamiento militar, con el objetivo de mejorar la interoperabilidad entre las fuerzas armadas europeas, reducir costos y garantizar una mayor previsibilidad para la industria de defensa del continente. El funcionamiento de SAFE establece que la compra conjunta debe involucrar al menos dos Estados miembros, aunque un solo Estado miembro puede abrir su proceso de adquisición a Ucrania o a los países de la EFTA. Además, las adquisiciones deben realizarse a industrias de la UE, Ucrania o del Espacio Económico Europeo-EFTA (EEA-EFTA). Para garantizar que los equipos adquiridos provengan principalmente de la industria europea, en el caso de los productos de guerra de consumo inmediato, al menos el 65% del coste del producto final debe provenir de componentes fabricados en la UE, EFTA o Ucrania.