Eduardo González
El Gobierno se ha defendido de las críticas por la concesión de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, argumentando que estas condecoraciones son una “práctica habitual” en las “visitas de Estado” y que solo pueden ser retiradas a quienes hayan sido condenados “por un hecho delictivo en virtud de sentencia firme”.
El Ejecutivo responde así a una pregunta por escrito realizada por el diputado Jordi Salvador i Duch, del Parlamentario Republicano, en la que se advierte de que “la concesión de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, está generando fuertes críticas sociales contra el Gobierno español debido a la falta de coherencia entre los valores democráticos que este Ejecutivo predica y las acciones diplomáticas que lleva a cabo”.
La concesión tuvo lugar con motivo de la visita de Estado efectuada el pasado 11 diciembre por los Reyes de España a Roma, por la que también fueron condecorados el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani; la subsecretaria de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Maria Tripodi; y el embajador de Italia en España, Giuseppe Buccino.
Según Duch, “el otorgamiento de esta condecoración a una figura política tan peligrosa para la convivencia pacífica, la supervivencia de miles de personas y el progreso social de nuestras sociedades como Giorgia Meloni resulta contrario a cualquier valor social o cultural que, desde un punto de vista democrático, sea aceptable enarbolar”.
“Resulta especialmente preocupante que esta decisión del Gobierno español pueda ser percibida como una muestra de apoyo a las políticas de una de las jefas de Gobierno que lideran la nueva ola reaccionaria y de extrema derecha en la Unión Europea”, prosigue. “De hecho, incluso el propio Gobierno español ha criticado públicamente algunas de estas posiciones y medidas de la mandataria italiana en foros europeos e internacionales”, añade.
Por todo ello, el Grupo Republicano pregunta si “piensa el Gobierno retirar la condecoración otorgada a la señora Giorgia Meloni” y cuáles son los “criterios específicos” de que se ha valido el Ejecutivo justificar la concesión de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica a la primera ministra italiana. También pregunta “cómo valora el Gobierno la posibilidad de que esta condecoración sea percibida como un apoyo implícito a las políticas del Gobierno italiano, especialmente aquellas que entran en contradicción con los valores democráticos y de derechos humanos”, y si existe “algún protocolo o mecanismo que garantice que las condecoraciones honoríficas concedidas a líderes extranjeros sean coherentes con los valores e intereses que el Gobierno del Estado dice defender”.
En su respuesta, registrada el pasado 13 de febrero y publicada esta semana por el Boletín Oficial del Congreso, el Gobierno asegura que las prioridades que rigen la concesión de condecoraciones están recogidas en los Reales Decretos de/1998 por los que se aprueban los Reglamentos de las Órdenes de Isabel la Católica y del Mérito Civil y que la concesión de los grados superiores (Collares y Grandes Cruces) de ambas órdenes requieren su tramitación como proyecto de Real Decreto que es elevado para la preceptiva aprobación del Consejo de Ministros.
Asimismo, indica que la iniciación del procedimiento, que culmina con la concesión de estas distinciones a los jefes de Estado y altas autoridades de carácter institucional, “está fundamentada en la extendida práctica habitual de intercambio o canje de condecoraciones en el ámbito de las relaciones internacionales con ocasión de la realización de viajes o visitas de Estado”.
Por otra parte, y según establece el artículo 12 del Reglamento de la Orden de Isabel la Católica, aprobado por Real Decreto, “la mera posibilidad de iniciar un procedimiento para separar de la Orden de Isabel la Católica a una persona condecorada, en cualquiera de sus grados, requiere como condición previa que sea condenada por un hecho delictivo en virtud de sentencia firme”, concluye.