<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, recibió este viernes en Madrid a su colega húngaro, Péter Szijjártó, con quien abordó “la agenda europea y bilateral”, según informó el Ministerio. El encuentro ha coincidido con los reiterados desencuentros entre la UE y Budapest por infracciones al Estado de derecho y en relación con su postura hacia Ucrania y con las indisimuladas críticas del propio Albares al Gobierno de Viktor Orbán por su intento de bloquear la prórroga de las sanciones contra Rusia.</strong></h4> “Me he reunido con mi homólogo húngaro, Péter Szijjártó, en Madrid. Hemos tratado nuestras relaciones bilaterales, asuntos UE, y la seguridad euroatlántica”, declaró Albares a través de las redes sociales. Según la nota de prensa del Ministerio, Albares abordó con Szijjártó “la agenda europea” y, en el ámbito bilateral, los intercambios comerciales y la evolución de los programas de cooperación cultural suscritos entre los dos países. También hizo “un amplio repaso a los principales asuntos internacionales, y lo hizo con su socio europeo, que también lo es de la Alianza Atlántica, donde comparten desafíos comunes”. La reunión entre los dos ministros permitió, además, “que se centraran las principales cuestiones del ámbito comunitario, con especial referencia a la ampliación de la Unión Europea, la competitividad e industria, la Vecindad Sur, el Acuerdo UE-Mercosur o la oficialidad en la UE de las lenguas cooficiales españolas”, añadió. La nota de prensa recuerda que en España residen casi 11.000 húngaros, frente a los 940 españoles que viven en Hungría, y que en el país europeo existe “un interés creciente por la lengua española”. Fuentes cercanas al encuentro consultadas por <em>The Diplomat</em> no dieron más detalles sobre el encuentro, que se produce un mes después de la conclusión de una Presidencia húngara del Consejo de la UE caracterizada por importantes controversias y tensiones en torno, sobre todo, al respeto al Estado de derecho y la gobernanza democrática. El Parlamento Europeo ha denunciado repetidamente las políticas de Viktor Orbán contra la independencia judicial, la libertad de prensa y los derechos de las minorías y Hungría ha perdido el acceso a 200 millones de euros en fondos comunitarios a causa de su política migratoria y de asilo. Aparte, Orbán ha sembrado la discordia con sus políticas hacia Rusia y la invasión de Ucrania, con episodios tan significativos como la emisión de “tarjetas nacionales” para ciudadanos rusos y bielorrusos que les permiten trabajar y residir en Hungría -que contradice las sanciones europeas-, su viaje a Rusia sin el respaldo de la Unión Europea y en plena Presidencia húngara (tras lo cual el propio Albares declaró que las iniciativas internacionales de Orbán “no representan a Europa”), su intento de bloquear una ayuda de 50.000 millones de euros a Ucrania para los próximos tres años o sus constantes amenazas de veto a las sanciones contra Moscú. El último episodio se produjo el pasado durante el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE (CAE) del pasado 27 de enero, en el que hubo que superar el intento de bloqueo de Hungría para prorrogar las sanciones a Rusia en otros seis meses, una actitud calificada de “inaceptable” por el propio Albares. Por si fuera poco, Orbán declaró recientemente que las órdenes ejecutivas firmadas por el recién investido presidente de EEUU, Donald Trump, “transformarán no solo a Estados Unidos, sino al mundo entero”, y añadió a través de la red social X que “la rebelión contra la democracia liberal progresista ha entrado en una nueva etapa. ¡Ha llegado el momento de que las fuerzas patrióticas ocupen Bruselas!”. El pasado mes de octubre, el primer ministro criticó indirectamente (durante una rueda de prensa en el Parlamento Europeo) las normas españolas de financiación de partidos para justificar la concesión de un préstamo de nueve millones de euros a su aliado español Vox por parte de un banco magiar cuyo mayor accionista es, precisamente, el Estado húngaro.