<h6><strong>Julio García/Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Rusia fue, en 2024, el origen del 21,2 por ciento del gas natural licuado (GNL) consumido en España, pero nuestro país también recibió este producto de otros 13 países, lo que le permite contar “con uno de los suministros más diversificados del mundo”, según revelan los últimos datos de Enagás, coincidiendo con la finalización del suministro de gas ruso a los países de la Unión Europea tras expirar el acuerdo de cinco años entre Ucrania y Rusia.</strong></h4> El acuerdo de 2019 entre los dos países en guerra permitía que las exportaciones de gas natural licuado (GNL) de Moscú al continente transitaran en Ucrania antes de ser desviadas a su destino final. Este acuerdo fue muy lucrativo para ambos países, ya que pagó miles de millones al Kremlin en ingresos y a Kyiv en tarifas de tránsito. El operador de tránsito de gas de Ucrania ha informado de que Rusia no ha designado ningún flujo de gas a través de los gasoductos ucranianos para el 1 de enero. La decisión se ha tomado después de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunciase que no tenía planes de renovar el acuerdo, con el objetivo de que Europa se aleje de Rusia y para no permitir que el Kremlin «gane miles de millones adicionales» con sangre ucraniana. El cierre de la ruta de gas más antigua de Rusia hacia Europa pone fin a una década de relaciones turbulentas con el continente, que comenzó en 2014 con la anexión de la península ucraniana de Crimea. Rusia ha estado transportando gas a Europa a través de Ucrania desde 1991. En su apogeo, Moscú consolidó alrededor del 35% del mercado europeo del gas. <h5><strong>UE y energía</strong></h5> La UE ha intensificado sus esfuerzos para reducir su dependencia de la energía rusa desde su invasión de Ucrania en febrero de 2022. Las cifras publicadas por Bruselas indican que el gas ruso a través de gasoducto constituyó alrededor del 8% de las importaciones de gas del bloque en 2023 (las importaciones totales de la UE de gas ruso se situarían ese año en el entorno del 15%, combinando las importaciones a través de gasoducto y las de gas natural licuado). En contraste, las importaciones por gasoducto fueron de más del 40% en 2021. El bloque buscó fuentes de energía alternativas en Catar y Estados Unidos. El cambio fue evidentemente eficiente, ya que Gazprom registró una pérdida de 7.000 millones de dólares (6.730 millones de euros) por primera vez en dos décadas y media. A pesar de que Bruselas redujo significativamente sus importaciones de gas ruso, varios Estados miembros del este de la UE todavía dependen en gran medida de él. A pesar de que Bruselas redujo significativamente sus importaciones de gas ruso, varios Estados miembros del este de la UE todavía dependen en gran medida de él. Países como Austria y Eslovaquia todavía importan una cantidad enorme de gas ruso, que asciende a aproximadamente 5.000 millones de euros en ingresos para Moscú. También se espera que sufran otros países europeos, no miembros de la UE. Se prevé que Moldavia, que alguna vez formó parte de la Unión Soviética, sufra graves pérdidas. A pesar de la preparación y los esfuerzos del bloque por reemplazar el gas ruso, Europa ha estado sintiendo el impacto, ya que los costos de la energía se dispararon, afectando la competitividad industrial del continente en comparación con la competencia occidental en los Estados Unidos y oriental en China. Muchos países han experimentado una desaceleración económica, ya que las tasas de inflación se dispararon, empeorando aún más la crisis del costo de vida. Ucrania perderá alrededor de 1.000 millones de euros anuales en tasas de tránsito, pero una cantidad bastante inferior en comparación con los 5.000 millones de euros que Gazprom perderá en ingresos gracias a ese acuerdo. El órgano ejecutivo de la Unión Europea, la Comisión Europea, publicó en diciembre planes para ayudar a sus Estados miembros y guiarlos en el camino hacia la sustitución total del gas ruso. Bruselas, en un informe, presentó varias contingencias para ayudar a los países afectados. Algunas de las contingencias existentes incluyen cubrir las necesidades mediante el suministro de gas griego, turco y rumano a través de la ruta transbalcánica. El gas noruego también es una opción que puede transportarse por tuberías a través de Polonia, mientras que Alemania también puede ayudar en la distribución de gas a través de Europa central. El plan es logísticamente difícil, ya que requiere construir soluciones alternativas para sistemas que han estado en funcionamiento durante décadas. <h5><strong>El caso de España</strong></h5> En lo que respecta a España, Argelia sigue siendo el principal país proveedor del gas natural que llega a nuestro país vía gasoducto, buena parte del cual era transportado hasta finales de 2021 a través del gasoducto Magreb-Europa. Sin embargo, en 2022, un 10.43% del gas procedió de Rusia, una cantidad que se incrementó en este 2024 hasta alcanzar el 21,2%, según revela el último boletín de Enagás (Empresa Nacional de Gas, una compañía de transporte de gas natural y Gestor Técnico del Sistema Gasista de España), publicado en noviembre. España (cuya demanda de gas natural para consumo industrial aumentó en 2024 un 4,2%) recibió el año pasado suministro de 14 países diferentes, lo que le permite contar “con uno de los suministros más diversificados del mundo” y contribuye a “una amplia diversificación del suministro y posicionando a España como un punto estratégico de entrada de gas natural licuado (GNL) de Europa”, según aseguró Enagás este mismo jueves a través de una nota de prensa. Aparte, según la compañía, España contribuyó a la seguridad de suministro del resto de Europa enviando un total de 34,5 TWh de gas natural, tanto a través de las interconexiones como con recargas de buques de gas natural licuado (GNL).” Las operaciones de carga cumplieron con el decimocuarto paquete de sanciones de la Unión Europea contra Rusia por la invasión a Ucrania, siendo España el primer país de la UE en definir las normas y procedimientos de detalle para el seguimiento, control y autorización de las cargas de buque realizadas en el Sistema Gasista Español con objeto de asegurar que el GNL recargado no procede de Rusia”.