Hasta el próximo 5 de enero de 2025, la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre (Paseo Recoletos, 23) presenta la exposición Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo.
En 1865, Paul Durand-Ruel (1831-1922) se hizo cargo de la galería que había fundado su padre Jean. Con los años, se convirtió en uno de los marchantes más conocidos de París. Dedicó gran parte de su vida a la protección y defensa del arte moderno frente a aquellos que abogaban por una pintura de carácter académico.
Durand-Ruel apoyó primero a pintores como Eugène Delacroix y Gustave Courbet, así como a la llamada «Escuela de Barbizon» (Camille Corot, Charles-François Daubigny o Jean-François Millet, entre otros), para emprender poco después su empresa más afamada: la promoción de los artistas impresionistas, entre ellos, Claude Monet, Auguste Renoir y Camille Pissarro. En la última década del siglo XIX, Durand-Ruel se embarcó en una nueva (y menos conocida) aventura: dar apoyo y difusión a una nueva generación de pintores, la formada por Albert André, Georges d’Espagnat, Gustave Loiseau, Maxime Maufra y Henry Moret.
Herederos del impresionismo, trabajaron en un contexto artístico agitado y estimulante, en que convivían las personales propuestas de Van Gogh y Cézanne, la experimentación neoimpresionista de Georges Seurat y Paul Signac o las investigaciones sintetistas de Paul Gauguin. Aunque han sido tradicionalmente catalogados como ‘generación postimpresionista’, su obra muestra diversas tendencias, desde la afinidad al impresionismo de los paisajistas Moret, Maufre y Loiseau a la preferencia por las escenas de género, los retratos y la pintura decorativa de D’Espagnat y André.