Eduardo González
El subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, Xavier Martí Martí, ha elogiado a la diplomática y predecesora suya en el cargo Beatriz Larrotcha, fallecida el pasado 3 de diciembre en Madrid a los 65 años tras una larga enfermedad.
Nacida en Jaén en 1959, licenciada en Derecho y miembro de la carrera diplomática desde 1987, Larrotcha estuvo destinada en las representaciones diplomáticas en Argelia, Bélgica y Perú, y en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea.
También fue delegada del Ministerio de Asuntos Exteriores en el Comité Organizador Olímpico Barcelona 92, subdirectora general de Asuntos Patrimoniales y asesora en la Inspección General de Servicios, en la Oficina de Información Diplomática, en la Oficina de Información Diplomática y en la Dirección General de Españoles en el Exterior y de Asuntos Consulares y Migratorios.
En 2012 ejerció de directora del Gabinete del secretario de Estado de Asuntos Exteriores y, en 2017, fue nombrada subsecretaria en el Ministerio de Asuntos Exteriores por el entonces titular del Departamento, Alfonso Dastis. Su mandato concluyó en julio de 2018 con la llegada del PSOE al Gobierno.
A continuación, fue designada embajadora de España en Bélgica, lo que le obligó a contrarrestar, a través de la diplomacia pública, los intentos de socavar la imagen de España a causa de la crisis política en Cataluña, que fue vivida con especial intensidad en ese país. También se implicó en la ayuda a la colonia española en Bélgica durante la pandemia del COVID-19. Fue cesada como embajadora en 2022, tras lo cual estuvo adscrita a la Dirección General de América del Norte, Asia y Pacífico, hasta que la enfermedad le impidió seguir en su puesto.
Con fama de buena negociadora, estaba casada con el también diplomático Bernardo de Sicart, antiguo director del Departamento de Internacional en la Presidencia del Gobierno durante la etapa de Mariano Rajoy.
Según informaron fuentes de Exteriores a The Diplomat, el actual subsecretario del Ministerio se trasladó al tanatorio y trasladó a su esposo, De Sicart, “el extraordinario criterio personal y profesional que tenía de ella”.