<h6><strong>Ane Barcos/Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha celebrado este viernes el “acuerdo histórico” entre la Unión Europea y Mercosur y aseguró que España “trabajará para que este acuerdo sea aprobado por mayoría en el Consejo”.</strong></h4> Tras más de dos décadas de negociaciones, la Unión Europea y Mercosur concluyeron este viernes las negociaciones de su acuerdo comercial, que la presidenta de la Comisión, Urusula von der Leyen, calificó como «beneficioso para ambas partes», porque aportará importantes ventajas a consumidores y empresas e incluye «sólidas salvaguardias para proteger los medios de vida de nuestros agricultores». El acuerdo deberá enfrentar la oposición de algunos gobiernos del bloque, especialmente de Francia, que lo calificó de “inaceptable”. “Hoy, la Unión Europea ha logrado cerrar un acuerdo histórico con Mercosur para tender un puente económico sin precedentes entre Europa y América Latina”, declaró Pedro Sánchez a través de la red social X. “España trabajará para que este acuerdo sea aprobado por mayoría en el Consejo”, porque “la apertura comercial con nuestros países hermanos latinoamericanos nos hará, a todos, más prósperos y más fuertes”, concluyó Por su parte, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, declaró, a través de las redes sociales, que se trata de una “magnífica noticia” y que el acuerdo es “un instrumento que articulará y potenciará la cooperación política y económica de ambas regiones, que, juntas, son más fuertes” e incluye “beneficios también sociales y medioambientales”. “Unión Europea y Mercosur hemos dado un paso decisivo. Los europeos enviamos una señal clara de compromiso político con América Latina. España ha trabajado infatigablemente para ello. Seguiremos haciéndolo para su culminación definitiva. España: motor de América Latina en Europa”, declaró, por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a través de las redes sociales. Ursula von der Leyen viajó a Montevideo acompañada por el comisario de Comercio y Seguridad Económica, Maroš Šefčovič, con el objetivo de dar el impulso final a las negociaciones. Tras más de dos décadas de conversaciones, la Unión Europea (UE) y Mercosur anunciaron este viernes la conclusión de las negociaciones para el acuerdo comercial entre ambas regiones. El canciller de Uruguay, Omar Paganini, ya había adelantado este jueves que todos los países del Mercosur se habían pronunciado a favor del acuerdo, expresando su confianza en que el proceso de negociación culminaría este viernes. Así lo confirmó la jefa del Ejecutivo comunitario en una rueda de prensa conjunta con los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Argentina, Javier Milei; de Paraguay, Santiago Peña; y de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou. Este último, presidente de Uruguay y actual presidente del Mercosur, destacó la importancia histórica del día, subrayando que, aunque las negociaciones se extendieron durante más de 20 años, finalmente se alcanzó un entendimiento común entre las naciones involucradas. «El acuerdo no solo implica un intercambio comercial, sino también la oportunidad para los países de economías más pequeñas de acceder a nuevos mercados», señaló, enfatizando que el acuerdo alcanzado con la Unión Europea es «mucho más que comercio»; es «una alianza política y estratégica». Por su parte, Ursula von der Leyen celebró el avance alcanzado y agradeció a los negociadores por su dedicación y perseverancia a lo largo de los años. «Hoy es un día histórico; estamos transformando una asociación única en una realidad tangible. Este acuerdo representa uno de los mayores pactos comerciales que el mundo haya visto, abriendo puertas a inversiones y creando nuevas oportunidades de empleo y mejores precios para las personas y empresas en ambas regiones», destacó. Subrayó que el acuerdo protege los intereses de los agricultores europeos mediante sólidas salvaguardias y garantiza la protección de más de 350 productos de la UE. Además, los exportadores del Mercosur deberán cumplir con las estrictas normas europeas de salud y seguridad alimentaria. Este acuerdo, considerado el mayor de su tipo, impulsa la cooperación geopolítica, económica y de sostenibilidad, fortaleciendo los vínculos entre socios estratégicos. Ofrece nuevas oportunidades de comercio e inversión, diversifica las cadenas de suministro y genera ahorros significativos para las empresas de la UE, estimados en 4.000 millones de euros anuales en derechos de exportación. El acuerdo también pretende contribuir a la lucha contra el cambio climático, con compromisos concretos para detener la deforestación y garantizar el desarrollo sostenible. Además, 1.800 millones de euros de apoyo de la UE facilitarán una transición verde y digital justa en los países del Mercosur. <h5><strong>Francia, principal opositor</strong></h5> A pesar del optimismo expresado por la jefa del Ejecutivo comunitario y los países del Mercosur, el acuerdo enfrenta la firme oposición de Francia, que lo considera «inaceptable». El gobierno francés reiteró este jueves su desacuerdo, asegurando que París continuará «defendiendo incansablemente» su soberanía agrícola. Von der Leyen, consciente de la oposición que podría encontrar al buscar el respaldo de los gobiernos del bloque, especialmente por parte de Francia, manifestó su disposición a “debatirlo con los países de la UE». Una vez concluidas las discusiones técnicas, los siguientes pasos para la UE incluyen la revisión del texto por parte de abogados lingüistas y su traducción a todos los idiomas oficiales de la UE. Posteriormente, la Comisión Europea presentará una propuesta al Consejo y al Parlamento para la firma y ratificación del acuerdo. La base jurídica del acuerdo final se determinará tras evaluar los resultados de las negociaciones, lo cual se reflejará en la propuesta para su ratificación. Existen dos modelos principales para ratificar el acuerdo: un «acuerdo mixto», que requiere la aprobación de la UE y de todos sus Estados miembros, o un paquete político con dos acuerdos separados: un acuerdo marco «mixto» y un acuerdo provisional, que solo necesitaría la ratificación de la UE.