<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La embajadora de Sudán en España, Maha Ayoub, ha expresado su confianza en que la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca tenga un impacto positivo sobre la situación en el país, sumido desde abril de 2023 en una guerra con las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).</strong></h4> En un encuentro con periodistas en su residencia en Madrid, el pasado viernes, la embajadora también <strong>alertó del potencial de desestabilización que supone ese “grupo terrorista” para la región del Sahel e incluso Europa.</strong> Con la elección de Trump como presidente de Estados Unidos, muy reciente, Maha Ayoub señaló que ese hecho “<strong>va a crear un enorme cambio a nivel internacional»</strong> y se mostró convencida de que “habrá más interés en lo que está pasando en Sudán”, especialmente debido a que Washington “no ha actuado con todo su potencial” durante el mandato de Joe Biden, informa Europa Press. “La Administración de Trump tenía una postura diferente respecto a Oriente Próximo y África, una que iba más a favor de nuestros intereses”, dijo Ayoub, quien encabezó el Departamento para América del Ministerio sudanés de Exteriores durante el primer mandato del magnate, entre 2017 y 2021, cargo que mantuvo temporalmente tras la llegada de Biden. Recordó la embajadora que, a raíz del derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, las autoridades de Sudan dieron un giro a nivel político, marcado por un<strong> acercamiento con Estados Unidos e Israel, llegando a sumarse en 2020 a los ‘Acuerdos de Abraham</strong>’, en los que Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Marruecos y Sudán establecieron relaciones con el país asiático. La inclusión de Jartum en estos históricos acuerdos, criticados por la Autoridad Palestina, llegó después de que Trump anunciara que el país sería sacado de la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que estaba desde 1993, tras un pacto para el pago de compensaciones a familiares de víctimas de varios atentados de Al Qaeda. Ayoub hizo hincapié en que “Sudán expresó su buena voluntad para lograr la paz en Oriente Próximo (al dar este paso), dado que en ese momento Sudán estaba interesado en volver a la comunidad internacional y ser un socio en el proceso de paz”, un hecho evidenciado en un intercambio de visitas oficiales entre Sudán e Israel. “El Gobierno israelí es perfectamente consciente de lo que Sudán ha sacrificado para ello”, argumentó la embajadora, quien mostró su deseo de que se abra un proceso de paz para “discutir la solución de dos Estados” una vez concluyan los conflictos en la Franja de Gaza e Israel. “Esperamos que sea muy pronto”, manifestó. <h5><strong>Riesgo de desestabilización regional</strong></h5> Ayoub pidió a la comunidad internacional que adopte una postura más firme para abordar el conflicto, que deja ya unos 8,8 millones de desplazados internos y más de tres millones de refugiados en los países vecinos, según los últimos datos publicados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Aseguró que la guerra se está prolongando debido al «continuo flujo» de apoyo militar, diplomático y logístico a las RSF, especialmente por parte de EAU, que “apoya a la milicia desde el inicio”, y Chad, si bien también apuntó al papel jugado por Etiopía. “Creemos que esto tiene que parar. La gente tiene que entender que lo que los mercenarios hacen son actividades criminales”, indicó la embajadora, añadiendo que “EAU tiene que rendir cuentas”. “Si no estuvieran armando a la milicia, no tendrían acceso a armas muy sofisticadas que han sido confiscadas por el Ejército”, explicó. La embajadora afirmó que durante los últimos meses se han detectado alrededor de 70 vuelos llegados a Chad con armas, comida y equipamiento, desde donde este material es enviado a través de la frontera para reforzar las capacidades del grupo, lo que llevó a Jartum a presentar una “queja formal” ante la ONU. “Etiopía también está involucrado junto a Chad”, aseguró, antes de vincular esta situación con las tensiones bilaterales en torno a la Gran Presa del Renacimiento construida por Adís Abeba en el río Nilo Azul. “Es esperable que sus intereses no sean los mismos que los nuestros y quizá les interesa un cambio de régimen en Sudán”, remarcó. Por ello, Maha Ayoub advirtió de que <strong>«aunque Sudán está lejos, el Sahel está cerca de España, está muy cerca de Europa».</strong> “Esto debería ser importante para Europa, ya que es un asunto que le atañe”, enfatizó, antes de apuntar al peligro derivado del aumento de la criminalidad y el tráfico de personas a causa de las actividades de la milicia. “Esta milicia no es alguien con quien se puede negociar. No amenaza sólo a Sudán, sino a toda la región del Sahel. Tienen muchas armas, no son un Ejército disciplinado, están vendiendo sus armas, están usándolas para el crimen organizado y afectan a otros países”, dijo, al tiempo que incidió en que esta inseguridad “se expandirá hasta África occidental”. En esta línea, Ayoub sostuvo que muchos de los «mercenarios» que integran las RSF “ni siquiera son de Sudán», sino «de países de África occidental”. “La mayoría no hablan árabe, hablan idiomas que no existen en Sudán. Se unen a la milicia porque es un lugar donde pueden ganar algo de dinero”, explicó, indicando también que «va en interés de Europa abordar este problema y trabajar de cerca con sus aliados», entre ellos Estados Unidos, Arabia Saudí y Egipto. <h5><strong>Bloqueo a las conversaciones de paz</strong></h5> La embajadora descartó que sea posible reactivar las conversaciones con las RSF debido a sus incumplimientos de los acuerdos alcanzados en mayo de 2023 en la ciudad saudí de Yedá, que impiden que pueda haber contactos si no hay un paso previo por parte del grupo para materializar dichas cláusulas. “Es muy difícil sentarse con gente que ha estado asesinando y torturando a tu familia. Es muy difícil que la gente olvide estas cosas”, dijo, antes de afirmar que “las milicias se están atrincherando al cometer más atrocidades”. “Al principio de la guerra hubiera sido más fácil (negociar), pero ahora es muy difícil”, reconoció Ayoub, quien señaló, asimismo, que “la comunidad internacional no puede hacer como que la milicia y el Gobierno son iguales”. “No creo que el pueblo sudanés vaya a aceptar que haya negociaciones con la milicia”, manifestó, si bien mostró su deseo de que la vía militar “no sea la única solución” y descartó que, por ahora, esté sobre la mesa la creación de una coalición internacional para combatir al grupo. “No sé cómo de efectivas son este tipo de coaliciones internacionales”, afirmó, recordando que grupos como Estado Islámico, Boko Haram y Al Shabaab «siguen ahí». «Si fuera útil, Sudán lo haría, pero (…) no hemos visto resultados positivos de este tipo de coaliciones internacionales». “No hay un historial de éxito”, defendió. Además, ensalzó los avances obtenidos por el Ejército en sus recientes ofensivas en Jartum, Jartum Norte y Omdurmán, mayormente en manos de los rebeldes desde el estallido del conflicto. “Están avanzando con firmeza. Despacio, pero avanzan”, explicó, antes de afirmar que los militares “han cruzado los puentes” sobre el Nilo para reforzar sus posiciones. Por último, denunció los asesinatos, destrucción y saqueos cometidos por el grupo desde el inicio de la guerra, incluida la venta de patrimonio histórico del país. Durante las últimas semanas, las RSF han intensificado sus matanzas en los estados de Gezira y Darfur, con cientos de civiles asesinados. «El pueblo sudanés no sólo está perdiendo su presente, ya que somos refugiados. Está perdiendo su futuro, ya que los niños no pueden ir a la escuela y no tiene futuro, y su pasado, su patrimonio», señaló. Y, tras reconocer que Sudán está sumido en «un desastre humanitario sin precedentes, apostilló: “Es una enorme tragedia”.